Páginas de Demetrio Calle Martínez

RUTA POLAR ISLANDIA 2009 (Continuación)

Lunes, 21 de septiembre 2009: Glaciar Fjallsjökull, lago glaciar Jökulsárlón, Djúpivogur, Egilsstadir.

Amanece un día magnífico en Bölti. Me levanto muy temprano y salgo de la cabaña a explorar un poco los alrededores. Todo es silencio. Al frente el inmenso campo de sedimentos Skeiđarársandur (abreviado Sandur) compuesto de cieno, arena y grava, con varios cursos de agua atravesándolo y a los lados la blancura de las dos lenguas glaciares (Skeiđarárjökull a mi derecha y Skafaftafellsjökull a la izquierda -si queréis pronunciar estas palabrejas tenéis que poner la boca un poco torcida), que en realidad son prolongaciones del gran glaciar Vatnajökull. La luz del sol que empieza a aparecer crea unos colores extraordinarios. De pronto veo a Jorge que, con sus inseparables prismáticos, está observando aves. Al poco, también aparecen por diferentes sitios, Javier, Gonzalo, Pablo, Jennifer… ¡Pues resulta que no me he levantado el primero! Desayunamos, preparamos el equipaje y cargamos las furgonetas. Algunos aprovechan los últimos momentos para practicar calzándose los crampones.

Volvemos a la carretera 1 para dirigirnos a la zona del glaciar Fjallsjökull. Hay que salir de la carretera principal y tomar un camino de tierra que acaba en una gran morrena. Desde ahí, andando unos 15 minutos se bordea un río y se llega al pie del glaciar. Parece que estos glaciares dejan notar los efectos del calentamiento terrestre. Se dice que el Vatnajökull ha perdido en los últimos diez años un kilómetro de su longitud. Hemos tenido un percance. Una de las furgonetas se ha averiado y habrá que esperar a que envíen otra. No he hablado hasta ahora de nuestro medio de transporte a lo largo de toda la ruta.

Las furgonetas

Llevamos tres furgonetas que son una mezcla de autobús y camión. En la parte de autobús es donde vamos nosotros y en la parte de camión es donde van los equipajes y las cajas de la comida. Cada furgoneta es de un color. La que va primero es de color gris plata y la conduce Javi, el guía. Por razones que a lo mejor explico más adelante la llamamos la vip´s car. Llevamos siempre pescado seco (lo que le da un olor característico), chocolatinas y otras chucherías que completan nuestra dieta-picnic. La segunda furgoneta es de color rojo y la conduce Javi González. Esta furgoneta es la que no podemos perder de vista pues lleva el grueso de la comida. Es la que acaba de averiarse. La tercera furgoneta es blanca (al menos lo era al principio) y la conduce Carlos. Esta es la que se quedó atascada en el río. Desde entonces la conduce Julio. Lleva un poco de todo.

Continúo con la ruta. Mientras Javi intenta arreglar la furgoneta, los demás seguimos hacia el borde del glaciar para practicar con crampones. El hielo del Fjallsjökull ha retrocedido bastante. Está sucio por los sedimentos que arrastra. Empezamos a calzarnos los crampones bajo la atenta mirada de José Mª y Félix, expertos en estas lides. Durante un buen rato realizamos las prácticas sobre el hielo. Aparte de la caminata sobre el hielo quiero destacar el paisaje de esta zona. Desde aquí vemos el impresionante pico Hvannadalshnúkur de 2119 m y las lenguas glaciares en las que se prolonga el Vatnajökull. Hay morrenas enormes y al final del glaciar se ha instalado una red hidrográfica muy desarrollada. Los cantos transportados por el glaciar son de considerable tamaño en su mayoría. Se aprecia claramente la gelifracción* sufrida. También hay rocas filonianas donde se aprecian bien los cristales formados por el enfriamiento del magma.

* gelifracción: erosión producida principalmente por los cambios de temperatura entre el día y la noche, que van rompiendo las rocas y fraccionándolas.

He podido dedicar un rato a ver las especies vegetales de la zona. En una pequeña sección de terreno he llegado a contar unas 15 especies de musgos, líquenes y plantas (ver fotos de naturaleza de Islandia). También he encontrado un cráneo de lo que parece un pequeño mamífero, muy estropeado.

Trasladamos a las otras furgonetas el equipaje y las cajas de comida que había en la furgoneta averiada pues Javi y Jennifer van a intentar llegar a un puesto más adelantado para intentar arreglarla. En caso contrario enviarán otra desde Reikiavik.

Salimos de nuevo a la carretera 1 y nos encaminamos al lago glaciar Jökulsárlón, fantástico, de película. Por eso aquí se rodaron escenas de los films “Muere otro día” (o “Panorama para matar” según otras fuentes de información) y “Tomb Raider”. Aquí están también los famosos barcos con ruedas que pasean a los turistas por el lago. Cuestan 1800 coronas (precio de grupo, para un paseo de 15 minutos). Yolanda, Javier, Silvia y yo hemos preferido tomar un chocolate bien caliente en el restaurante Hali, que está justo a la entrada de este Parque Nacional**. Los icebergs que flotan en el lago me hacen recordar por algunos momentos algunos paisajes de la Antártida. Dicen que estos icebergs tienen una edad media entre 1000 y 1200 años de antigüedad. Uno de los problemas que puede acarrear el deshielo continuo del glaciar que alimenta al lago será la inmersión de la cercana carretera 1 por la erosión y anegamiento de los terrenos cercanos. Se está buscando solución. El famoso puente que hay sobre la carretera 1, y los restantes puentes construidos entre la ruta Reikiavik y Höfn sobre la inestable tierra de Skeiđarársandur, terminaron de cerrar la carretera 1 en 1974, evitando así tener que viajar vía Akureyri rodeando la isla por completo.

**más información sobre Jökulsárlón aquí.

El tiempo está empeorando. Aparecen las nubes y empieza a soplar el viento. Hace frío. Nos trasladamos a la cercana playa llena de témpanos de hielo y para sorpresa de algunos otros deciden bañarse en estas gélidas aguas. ¡Pero si sólo hay 8 ^o C en el exterior! ¡A saber cómo estará el agua! Después del baño y de los reportajes y fotos en el hielo, volvemos a la zona de acampada, al lado del lago, para tomar nuestro picnic.

Hablemos ahora de nuestro picnic. El plato principal es un embutido de cordero ahumado (creo que se llama aquí hángikyll o algo parecido, así que habrá que seguir llamándolo cordero ahumado). Lo acompañamos con jamón cocido, queso en lonchas, pan con sésamo en tortas y otro pan más oscuro, en lonchas tipo galleta aplanada, que no sabemos muy bien de qué está hecho pero ambos están buenos, ensaladas de varios tipos, latas de sardinas, latas de atún, sopas de sobre (de champiñones, oriental con curry, de pollo… muy buenas y como están calentitas vienen pero que muy bien), algo parecido al salami (que por supuesto también está ahumado) y el plato especial que nos ha gustado a todos: ¡la mantequilla! Es nuestra más fiel acompañante. La tomamos en el desayuno, en la merienda, en la cena… y a todas horas. Está hecha con leche de vacas islandesas. Los postres son a base de frutas y también hay chocolatinas. ¡Echamos de menos el tiburón podrío! De vez en cuando aparece alguna bolsa con una maraña en su interior que bien podría confundirse con algún musgo del género Sfagnum: se trata de pescado seco. Creo que se llama Hardfiskur, así que lo seguiré llamando pescado seco. Se come cortándolo a trozos con la mano evitando en lo posible que se convierta en polvo. Si intentas partirlo en la boca tirando de él tienes el riesgo de sufrir un serio accidente en los dientes. Y pensar que “eso” fue en su día un elegante pez.

Como os estaréis relamiendo no os doy más envidia y sigo con el relato. Javi y Jennifer tendrán que esperar una nueva furgoneta. Los demás seguimos por la carretera 1 hacia el este atravesando zonas espectaculares de fiordos. La carretera serpentea mucho pero el paisaje es espectacular: cascadas, pequeñas aldeas, lagunas al borde del mar llenas de cisnes que esperan el momento de la emigración… Unas breves paradas para llenar el depósito y tomar café y llegamos a Höfn (sin pararnos) y a Djúpivogur, un bonito pueblo con un precioso puerto pesquero. Este fiordo es grandioso. Se hace de noche.

Cortamos camino por una carretera con grava, mojada por la lluvia, con muchas curvas y una pendiente del 17% en algunos tramos, para conectar de nuevo con la carretera 1 que nos lleva ya hasta Egilsstađir donde nos alojamos esta noche. La capital del este aparece iluminada, muy limpia, mojada por la incesante lluvia. A la salida del núcleo urbano está nuestro alojamiento Eyvindará, en una zona arbolada muy bonita y tranquila. Las habitaciones son dobles, amplias, con grandes ventanales y muy bien equipadas. Cenamos espaguetis y tortellinis, muy ricos. La sobremesa la dedicamos a comentar las fotos que se están colgando diariamente en nuestra web para informar de la marcha de la expedición Ruta Polar. Yolanda y yo estamos tramando enviar a nuestro IES, en broma, algunas “fotillos” de “otras actividades” como la del baño en el río caliente o las que hicimos a la cabaña abandonada de Bölti, como ejemplo de calidad de alojamiento.

Javi y Jennifer llegan pasadas las 12 de la noche con la nueva furgoneta, sin novedad. Antes de acostarnos José Mª nos avanza la previsión de actividades de mañana. Esta noche, todos esperamos dormir bien después del atracón de viaje.

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