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Diversas opiniones de otros expertos sobre

el Plan Hidrológico Nacional (PHN)

La referencia de esta página viene desde http://www.cita.es/agua

dedicada a los "Principios de Hidrología Forense"

por Miguel Angel Gallardo Ortiz, Ingeniero de Minas (UPM), E-mail: miguel@cita.es



Resumimos nuestro leal saber y entender sobre la conflictividad del Plan Hidrológico Nacional (PHN) pronosticando numerosos contenciosos-administrativos en Tribunales Superiores, así como en el Tribunal Supremo y en el Tribunal Constitucional, en el que tal vez se analicen más y mejor los dictámenes de los expertos en "Hidrología Forense"

Diversas opiniones de otros expertos sobre el PNH

SELECCIÓN DE TEXTOS según  http://www.cita.es/agua

LEANDRO DEL MORAL ITUARTE. Departamento de Geografía Humana, Universidad de Sevilla.

En Almería se expresa, quizás con especial intensidad, la situación que afecta a todo el Litoral mediterráneo receptor de los trasvases propuestos. La gran cuestión, como todas las opiniones autorizadas vienen entendiendo últimamente, es el modelo de desarrollo territorial que al que se quiere y se puede aspirar. Cuando es de dominio público que ya se ha generado un claro movimiento al alza de los precios de las tierras que podrían ser beneficiadas por las aguas del trasvase, no parece que esa condición novedosa y positiva que introduce el Anteproyecto, la congelación de los usos agrícolas actuales en las zonas receptoras, tenga ninguna posibilidad de convertirse en realidad. Parece bastante claro que, en el contexto social e institucional actual, los trasvases significan la proyección al futuro de un modelo que comienza a juzgarse insostenible ecológicamente, falto de cohesión social y territorialmente desequilibrado. El debate no es muy diferente al que se desarrolla sobre los modelos de desarrollo territorial de otras zonas del litoral, como algunos grandes municipios de la Costa del Sol, en donde la dinámica de crecimiento rápido, las perspectivas de corto plazo y la indisciplina urbanística cuentan con amplio respaldo social; donde también se presenta una intensa presión social para la ocupación de la primera línea del litoral o la colmatación de los espacios libres remanentes.
(...) Sin embargo, el nuevo proyecto mantiene invariables algunas ideas fundamentales que siguen comprometiendo la propuesta. Volver a insistir, ahora por parte del propio Ministro de Medio Ambiente, en la idea de que "el principal usuario del Ebro es el Mediterráneo", constituye un retroceso importante en la racionalización y modernización del debate hidrológico en España. Aunque todavía haya podido encontrar eco en amplios sectores sociales, esa argumentación o mediatización del mensaje hacia el público, ha enajenado de entrada a buena parte de la comunidad científica. La fórmula de prometer a la zona cedente inversiones Económica y ecológicamente insostenibles, no sustentadas por planificación agraria alguna, complican más que resuelven la situación.
 

MARÍA ROSA MIRACLE SOLÉ
Catedrática de Ecología de la Universidad de Valencia. Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva. Presidenta de la Asociación Española de Limnología.

(1) El PHN es incompleto en cuanto al tratamiento que se da al análisis de las afecciones ambientales, sobre todo en las cuencas cedentes, pero también en las receptoras.
(2) El cálculo del caudal ecológico que se deja al río de la cuenca cedente, es muy discutible, principalmente porque es fijo y mínimo, pero no ecológico. El Ebro no es tan excedentario, de manera que retirarle un caudal que lo deja en unos mínimos, tan mínimos que no permiten un régimen estacional, significará un impacto gravísimo al Parque Natural del Delta y a los ecosistemas marinos del Mediterráneo, mantenidos por la desembocadura de un río con ciclos estacionales.
(3) No se estudia algo tan fundamental como el impacto que supone la mezcla de aguas de diferente naturaleza, calidad y procedencia, lo cual se da en todas las alternativas de trasvase propuestas y que supone transtornos hidroquímicos y biológicos y por tanto impactos ecológicos en los sistemas transitados y receptores.
(4) El impacto ecológico de las obras de trasvase solo se comenta pero sin aportar estudios ambientales detallados.
(5) La información que se aporta sobre la sostenibilidad del trasvase es muy poca, tanto a efectos de las cuencas cedentes como de las receptoras, considerando esta sostenibilidad tanto desde el punto de vista ecológico como el agrícola, socioeconómico, etc. El PHN se basa en el transporte de agua, que no es más que una solución rápida para casos de emergencia. Se deberían plantear también soluciones a más largo plazo basadas por ejemplo en la restauración hidrológico-forestal, pues está comprobado el importante papel de la vegetación en la regulación y conservación de los recursos hídricos, así como de la erosión del suelo y la desertificación.
(6) El PHN no debería incorporar las actuaciones propuestas por los Planes de Cuenca sin una evaluación más seria y completa de las mismas. Estas actuaciones suponen, por lo general, la aceleración de la destrucción y degradación de los ya muy mermados ecosistemas acuáticos que nos quedan. Muchas de estas actuaciones deberían revisarse y cambiarse por actuaciones más blandas, que impliquen lo más mínimamente posible a los sistemas naturales. Actualmente las grandes obras no son las actuaciones mejores, sino que por el contrario las mejores son aquellas que causen menor impacto y permitan un desarrollo sostenible.
(7) El PHN, así como los Planes de Cuenca, contienen muy pocas actuaciones destinadas a la mejora de la calidad y gestión del agua, al mantenimiento de las obras hidráulicas actuales, a la disminución de impactos ambientales debidos a las obras ya existentes y a la restauración de los ecosistemas fluviales y su llanura aluvial.
 

Mª TERESA PÉREZ PICAZO
Dpto. de Economía Aplicada. Facultad de Economía y Empresa. Universidad de Murcia.

Primera: El Plan ha nacido hipotecado debido a los compromisos políticos con los Planes de Cuenca y al amplio margen de actuación que concede a la Comunidades Autónomas y a las Confederaciones en lo concerniente a la asignación de caudales.
Segunda: Los análisis mediambientales y económicos carecen de rigor científico. En el caso de los primeros la argumentación desplegada resulta imprecisa, aplazando la verificación de estudios más rigurosos hasta la puesta en marcha de las obras. Ello contradice las exigencias de la nueva Directiva Marco del Agua. Y en de los segundos es incurre en errores de bulto, sobre todo en lo referente a los costes del proyecto.
Tercera: Pese a sus pretensiones en lo referente a unos planteamientos más modernos, el Plan se queda dentro de un estructuralismo añejo. En nigún momento se alude a la necesidad de poner en marcha nuevos mecanismos que aseguren una forma de gestión de los usos y consumos del agua más racional y ahorrativa, ni se esboza un juicio crítico sobre las causas de las situaciones de sobreexplotación existentes en el litoral mediterráneo o en la Mancha. El objetivo sigue siendo el de satisfacer todas las demandas por medio de grandes obras, asegurando así un crecimiento sostenido de la agricultura de regadío, en una coyuntura durante la cual lo que se plantea (y de manera urgente) es el crecimiento sostenible de la misma.
 

NARCÍS PRAT                                   
Departament d’Ecologia de la Universitat de Barcelona y miembro del Consejo Nacional del Agua

Los deseos y las buenas intenciones de los prólogos de la ley, o los que figuran en el Informe del “Consejo Nacional del Agua”, o incluso los artículos del anteproyecto del PHN donde se declara que “el buen estado de las masas de agua” es su objetivo contrastan con las realidades que encontramos en los Planes de Cuenca o en el mismo ALPHN. Mientras se pone en marcha la DMA, ciertamente una ley con unos objetivos ambientales muy claros, se ejecutarán al mismo tiempo los Planes de Cuenca y el PHN, y si se hace realidad el Anexo de obras aprobadas en el PHN se destruirá gran parte de aquello que la aplicación de la DMA haría posible conservar o restaurar...
Quedan en España relativamente pocos ecosistemas en un buen estado ecológico. La mayoría han padecido destrucción del hábitat y contaminaciones de todo tipo. Teóricamente las leyes habrían de proteger los pocos que nos quedan y mejorar los que están degradados. La realidad es que los planes de futuro (personificados en el anexo del PHN) están cargados de obras destructoras y poca esperanza de mejora para los ecosistemas que ya están degradados
 

FERMÍN VILLARROYA GIL. Profesor Titular de la UCM.

Los trasvases son una decisión política. Probablemente no hay argumentos sólidos  hidrológicos, ni ambientales, ni económicos, ni sociales que aconsejen claramente estas actuaciones. Empezando por los últimos, la necesaria solidaridad y vertebración del país (tan aludidas frecuentemente por el gobierno en diferentes documentos) no pasa necesariamente por la política de los trasvases, como luego se dirá. En cuanto a los aspectos hidrológicos hay serias dudas sobre si todos los esfuerzos de ahorro, eficiencia, moderación de las expectativas futuras de usos de aguas  y por tanto de la consiguiente reducción de las  demandas se han tenido en cuenta. Por seguir en esta línea, el papel que deben jugar las aguas subterráneas está difuminado cuando no ignorado. Cuando se nombran los acuíferos es para aludir a la sobreexplotación, contaminación, o intrusión marina. Los aspectos ambientales, son tal vez los más evidentes de esgrimir en contra del PHN, por cuanto se ponen en fragilidad ecosistemas tan emblemáticos como el Delta del Ebro, bosques galería, así como la calidad de las aguas. Los aspectos económicos con cifras imposibles de asimilar a escala humana, quedarían drásticamente reducidos si se piensa en aplicar íntegramente el principio de “full cost recovery” preconizado por la nueva directiva marco de la UE, y que viene expresado en el art 12,3  del PHN.

ROSA MARIA ARCE RUIZ
Profesora del Departamento de Ordenación Territorial, Urbanismo y Medio Ambiente de la Escuela Técnica Superior de Caminos – Universidad Politécnica de Madrid.

-“Efectuar un análisis ambiental estratégico, capaz de integrar consideraciones ambientales en el Plan y evaluar ambientalmente las alternativas, entendiendo por alternativas, no únicamente los diferentes trazados de las infraestructuras de trasvase, que es lo que analiza el documento de Análisis Ambiental revisado, sino incluso las alternativas a los trasvases, que no están ni valoradas económicamente.”
-“Realizar estudios de mercado que permitan deducir la predisposición a pagar las tarifas del agua que se derivarán de los trasvases.”
-Justificar mejor los caudales ambientales, soportándolo con estudios concretos.
-Detallar los costes ambientales de las infraestructuras, evitando la descompensación de las justificaciones de costes.
-Ampliar los inventarios de riveras y tramos de ríos, según estado de conservación, junto con estudios de funcionamiento de los ecosistemas actuales de esos tramos de ríos.
El Libro Blanco del Agua lo expresa muy bien, diciendo que “es posible resolver graves contenciosos hidráulicos si se aborda con prudencia y rigor técnico, explicación a los agentes interesados, plena transferencia en el proceso de discusión y verdadera voluntad política de alcanzar acuerdos razonables equitativos (Apartado 4.2.6 las tensiones políticas y territoriales).
 

PEDRO ARROJO AGUDO. Dpto. de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza .

El propio Libro Blanco argumenta de forma notablemente consistente la necesidad de cambiar en profundidad el enfoque de nuestra tradicional política hidráulica, basada en estrategias de oferta, para pasar a lo que propiamente debería poderse llamar, con propiedad, política hidrológica, basada en estrategias de gestión de la demanda  y de conservación de la calidad , incluyendo en el concepto de calidad la salud de nuestros ecosistemas. Estudiado el proyecto de Plan Hidrológico Nacional, puede afirmarse que tales propuestas han quedado en simple retórica. Contrastar esos propósitos formales con la realidad de ese Plan Hidrológico Nacional cuya esencia se basa en proponer más de 100 nuevos grandes embalses y faraónicos proyectos de trasvases intercuencas resulta tan inconsecuente como desmoralizador desde un punto de vista científico-técnico.

Las potencialidades tecnológicas y la sistemática subvención masiva de la obra hidráulica han generado una percepción de disponibilidad potencial ilimitada. Lo que eran restricciones naturales han pasado a interpretarse como un déficit entre lo deseado  y lo disponible, que el Estado debe, por principio, resolver. Desde ese enfoque, nace el concepto de Desequilibrio Hidrológico , basado en un sentido de"Injusticia de la Naturaleza"  para con los pueblos de las regiones esteparias cuyadiscriminación  respecto a los de zonas húmedas, exigiría del Estado la pertinente rectificación de este "desorden" natural.
En esta línea de racionalidad económica la Unión Europea va más lejos al plantear la necesidad de introducir en el precio o tarifa de las aguas el llamado Valor de Oportunidad  o de Escasez, en lugares o circunstancias en que los requerimientos superen las disponiblidades. Desde este enfoque el concepto de "Déficit Estructural" se desmorona literalmente, ya que el efecto de incorporar el Valor de Oportunidad  no es otro que el de hacer subir los precios hasta un nuevo punto en el que oferta y demanda se tiendan a equilibrar. Esta es la razón por la que resulta inconsistente hablar de Déficit Estructural  en el caso de la gasolina, dejando fuera de lugar conceptos como Desequilibrio Petrolero.

El Plan Hidrológico Nacional se proyecta a un horizonte de 50 años en el que la gravedad del fenómeno de cambio climático  no admite dudas, exigiendo prever un profundo cambio de escenario a la hora de abordar un ejercicio serio de planificación hidrológica. Desgraciadamente, el presente proyecto de Plan Hidrológico Nacional elude dar la pertinente atención, consideración y tratamiento al problema. En él se cambia el enfoque que había presentado anteriormente el Libro Blanco, sin mediar argumentación o justificación alguna.

El concepto de cuencas excedentarios, al igual que el de cuencas deficitarias, estrechamente ligados a la terminología económica de oferta y demanda, requieren de una profunda revisión conceptual.
Tanto en materia de gestión de vertidos como de gestión de acuíferos sobreexplotados, hoy se puede hablar de desgobierno generalizado. Es quizás en la sobreexplotación de acuíferos en esas zonas calificadas de deficitarias estructuralmente, donde se refleja más clamorosamente esta situación de desgobierno. El carácter individualista de este modelo ha desembocado en una gestión insolidaria e insostenible, abocando a procesos de sobreexplotación, degradación y salinización de muchos acuíferos: Castellón, la Mancha, Murcia, Almería...
La Ley de Aguas, establece claramente las responsabilidades de la Administración ante tales dinámicas de sobreexplotación que, sin embargo, en ningún momento se han asumido. El hecho de que el PHN ni siquiera aborde las raices de esa situación de sobreexplotación y desgobierno es grave, pues, sin analizar las causas, es imposible resolver los problemas.

Los costes de tratamiento y depuración, especialmente en los caudales destinados a usos urbanos, pueden llegar a ser muy relevantes, y sin embargo no aparecen contabilizados en .el estudio económico del PHN.

Se cometen errores metodológico graves, como confundir Beneficio y Valor Añadido Neto, asumir el coste de desalación de aguas de mar como valor de oportunidad de las aguas urbanas o presuponer que en los próximos 50 años se van a mantener a raya las exportaciones de cítricos y productos mediterráneos producidos en el Magreb y Turquía. Errores tan inaceptables no admiten alegación de ignorancia, por lo que suponen un claro fraude.

Los presupuestos se basan en estimaciones hechas sobre costes de obras caracterizadas como “similares” desde parámetros físicos tan genéricos como longitud y altura de la presa... Ello aboca a resultados fiables en infraestructuras escasamente dependientes de las características concretas del terreno como pueden ser los bombeos; menos fiables en caso de infraestructuras como canales; y netamente infiables en el caso de presas o túneles. La probabilidad de esta infiabilidad sesgue a la baja las estimaciones es tanto mayor cuanto mayor y más complejo es el proyecto, lo que, en este caso, supone una expectativa de importantes desviaciones. Este enfoque es frecuente en las estimaciones presupuestarias de la Administración, provocando desviaciones en la ejecución de obras complejas que suelen rebasar el 50%, e incluso el 100%.
 

FRANCISCO JAVIER AYALA CARCEDO. Instituto Geológico Minero de España.

Los escenarios que predicen los modelos climáticos para la Península Ibérica, indican con bastante consistencia una reducción de precipitaciones y un aumento de temperatura. Esto implica, de un lado, una clara reducción de los recursos hídricos (17 % a nivel de la España Peninsular para 2060); de otro, un aumento del consumo por hectárea para mantener los actuales regadíos (por aumento de la evaporación directa + aumento de la transpiración biológica y menor precipitación). Otra consecuencia del Cambio Climático sería el aumento de la variabilidad y por tanto la intensificación de las sequías. La planificación hidrológica no puede ya seguir haciéndose suponiendo que los recursos van a ser los mismos que hoy. (...) Si se aplica la evaluación al año 2060, se descubre que p.e. el trasvase Ebro-Levante no sólo no tendría excedentes sino que tendría déficits que afectarían gravemente al Delta del Ebro y a su propia viabilidad económica e irían generando una conflictiva situación entre la cuenca cedente y las cuencas receptoras. La reducción de recursos esperable, hace poco creíbles las previsones de costo del m3. Sólo en el trasvase Ebro-Levante, esta reducción haría crecer en un 40 % los costes por m3.
 

DIEGO AZQUETA OYARZU. Dpto. Fundamentos Análisis Económico – Universidad de Alcalá.

-No supera las prácticas propias del análisis de rentabilidad financiera sobre tratamiento de los costes y beneficios del Plan.
-Tratamiento otorgado a las compensaciones es doblemente insatisfactorio. No cubre los valores del agua sacrificados por las transferencias, ni tampoco todos los colectivos afectados. No se hace ningún esfuerzo por computar los perjuicios causados, cuando la literatura tanto aplicada como teórica, facultarían un cálculo directo de los mismos.
-La perspectiva metodológica utilizada para descontar los costes y beneficios futuros es inadecuada.
-No se analiza la relación existente entre el acceso al recuso hídrico, y la dinámica de crecimiento y asentamiento de la población.
-El Plan centra sus prioridades en usos del proceso productivo, fundamentalmente agrícola. No se muestra la demanda con respecto a los recursos naturales y ambientales para usos colectivos. El planificador no puede perder de vista esta evolución previsible de la demanda.
 

ANA BARREIRA. Presidenta del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente.

El Anteproyecto de PHN presenta notables discordancias con la política europea del agua tal como está plasmada en la DMA. Estas divergencias son especialmente claras en : 1) los procesos de participación de la sociedad civil; 3) la falta de transparencia; y 3) el incumplimiento de la obligación de no deterioro de los ecosistemas acuáticos. Asimismo, en breve también entrará en vigor una Directiva que obligará a evaluar las consecuencias ambientales de ciertos planes y programas en su globalidad y que afectará al PHN en cuanto tal plan, cuestión que no ha sido tenida en cuenta a la hora de elaborar el Anteproyecto. Si bien, los Estados Miembros no están obligados a cumplir con la mayoría de las disposiciones de la DMA hasta el 22 de diciembre de 2003, cuando tendrán que haberla transpuesto a sus ordenamientos jurídicos, no conviene engañarse pues se trata de un proceso gradual que debe iniciarse desde la publicación de esa Directiva. España se encuentra ante una gran oportunidad para iniciar ese proceso. Si no utiliza esta oportunidad, no sólo se volverá a incumplir con las disposiciones de una directiva comunitaria en materia de medio ambiente sino que también se verán resentidos nuestros ecosistemas, base de nuestro desarrollo socioeconómico. Por tanto, una actuación responsable pasaría por la revisión del actual Anteproyecto.
 

FRANCHO BELTRÁN AUDERA. Hidrogeólogo y meteorólogo, por encargo de la Fundación Ecología y Desarrollo.

El PHN sólo considera los aspectos ambientales de una forma marginal y poco rigurosa, infravalorando los usos no productivos del agua. No se plantea como objetivo básico la calidad ambiental de todas las masas de agua, por lo que no valora convenientemente los daños generados por más de 100 embalses y en especial por los 3 del Pirineo Aragonés que, pese a que lo niegue el Plan, servirían de reservorio para el trasvase.
En lo económico, no se establecen plazos ni medios de financiación ni qué agentes sociales y económicos van a ejecutar un programa de tal magnitud económica. Se justifica la rentabilidad económica del trasvase suponiendo un precio final del agua poco realista al que se llega mediante el uso de diversos artificios. Por otro lado, no se valoran convenientemente los costes ambientales, sociales, etc. en las cuencas cedentes.
 

LUIS BERGA CASAFONT (Barcelona).

-El conjunto de leyes y documentos que se han desarrollado desde la Ley de Aguas de 1985 (Reglamentos, Planes Hidrológicos de Cuenca, Libro Blanco del Agua en España, etc.) rigen la Política del Agua, y no únicamente este PHN.
-Habría que incorporar en el Anteproyecto de la Ley, las previsiones de planificación hidrológica que contiene la nueva Directiva Marco del Agua de la Unión Europea.
-“Los escenarios contemplados son desarrollistas en las cuencas potencialmente cedentes y se encuentran al límite del desarrollo sostenible para las cuencas potencialmente receptoras.
-“La política hidráulica en España está evolucionando, desde unos conceptos desarrollistas de gestión de la oferta, hacia unas consideraciones sostenibles de gestión de la demanda. Es imprescindible profundizar en esta línea.”
-“En conclusión, se informa favorablemente del PHN, teniendo en cuenta las propuestas y comentarios que se han formulado.”
 

CONCEPCION BRU RONDA (Campus Universitario de Alicante).

-Recomienda que se adapte la Directiva Marco del Agua.
-“La gestión del PHN es imprescindible que se efectúe en las nuevas coordenadas medioambientales y menos planteamientos sociales y económicos, y que tengan a su servicio una administración hidráulica ágil.”
 

ANA MARIA CABRÉ i PLA. Centro de Estudios Demográficos – Catedrático de Geografía Humana – Universidad Autónoma de Barcelona.

-“En cualquier caso, carga sobre una sola cuenca, la del Ebro, el peso principal del suministro y garantía hidráulica del Levante español y de la zona de Barcelona, es someterle a una presión díficilmente soportable, especialmente en los tiempos de sequía que son consustanciales con nuestro clima.”
-“La sostenibilidad de la agricultura intensiva de regadía a medio y largo plazo es cuestionable, debido a factores estructurales como la falta de mano de obra, la mayor globalización del mercado y la retirada de subvenciones de la Unión Europa por la ampliación a los países del Este.”
-“La riqueza paisajística es no sólo un valor “per se”, sino también un patrimonio cuyo rendimiento económico se irá incrementando en el tiempo, tanto por sus implicaciones turísticas como por su influencia en la valoración de lugares y regiones en el tablero de la nueva economía global. A medio y largo plazo, este factor puede sobrepasar con mucho el de regadíos insostenibles.”
-“A nivel territorial, el reequilibrio de un solo factor, a saber: el agua, puede causar el efecto inverso al deseado, ahondando las diferencias en lugar de igualar más las regiones y vertebrar el espacio.”
 

ENRIQUE CABRERA. Catedrático de Mecánica de Fluidos. Departamento de Ingeniería Hidráulica.
Universidad Politècnica de Valencia.

El PHN, al igual que el Libro Blanco del Agua, son excelentes documentos, bien armados y justificados con un sólo pero, han sido dirigidos y coordinados desde la exclusiva óptica de la Ingeniería Civil que mayormente ocupa los puestos de responsabilidad en la Administración. A los políticos, hambrientos de soluciones vistosas y de resultados tangibles en el corto plazo, la partitura compuesta por la ingeniería civil le suena a las mil maravillas y por ello le otorga su placet. Finalmente también los actores tradicionales, con mayoría en el Consejo Nacional del Agua, están por la labor. La locomotora se dirige pues en el sentido que interesa a quienes más capacidad tienen de empujarla.
Sin embargo la Sociedad está cada vez más formada y entiende que la gestión del agua en el Siglo XXI deberá discurrir por derroteros bien diferentes a los que hasta ahora lo ha hecho. El mismo cambio de nombre del ministerio del "agua" nominado ya de Medio Ambiente en lugar del clásico Obras Públicas lo demuestra. También lo evidencia la comparación del PHN de 1993 con éste muy mejorado PHN de 2000. Todo más matizado y justificado, bien que desde la óptica clásica de la gestión de la oferta, desde la óptica parcial de la ingeniería civil. Es claro, el manejo del agua en el siglo XXI será substancialmente diferente del que hasta ahora hemos visto. Y ello no es una moda. Es, sencillamente, una clara necesidad.
En este siglo XX la ingeniería civil ha sido, en todo lo relativo a la gestión del agua, el único actor. Mi opinión personal es que en el siglo XXI a esta Ingeniería le va a continuar correspondiendo un gran protagonismo, pero ya no el exclusivo papel hasta ahora desempeñado. Y cuánto más se tarde en propiciar la entrada de nuevos actores, más pobre será su papel en el nuevo reparto que se operará cuando la gestión del agua experimente el vuelco que ya se ha dado en otros países más avanzados.
Es una pena que este excelente, desde la óptica de la ingeniería civil, PHN no se haya abierto a más alternativas. (...). De ahí que se esté perdiendo una gran ocasión. Es lástima máxime contando el PHN 2000 con un equipo humano de la más alta capacidad tecnológica, bien preparado y con la mejor de las intenciones. Posiblemente haya necesitado un margen de maniobra mayor para poder actuar con más libertad. Hubiera sido maravilloso.
 

JOSÉ CARLES GENOVÉS. Dpto. de Economía y Ciencias Sociales. Universidad Politécnica de Valencia.

El PHN desatiende absolutamente la normativa europea derivada de la Directiva 2000, e incluso en algunos aspectos la contradice y lo que es peor prevé acciones que pondrán en compromiso su cumplimiento futuro. El plan prácticamente se limita a autorizar el trasvase del Ebro a otras cuencas y a declarar de interés general del Estado todo un conjunto muy amplio de grandes obras hidráulicas, muchas de ellas ligadas a posibles expansiones de regadíos, sin justificación alguna, dejando la puerta abierta a la continuación de la promoción y financiación pública de esta expansión.
Ninguna referencia a la limitación de la expansión de los regadíos (los PP HH CC prevén más de 1,1 millones de nuevas hectáreas), o de otras actividades; a la coordinación de los planes hidrológicos de las cuencas, a los necesarios programas de calidad de las aguas; a la utilización de instrumentos de control o económicos para limitar la actividad e impedir el deterioro del medio hídrico, etc. En definitiva un plan que nace obsoleto, persiste en los conceptos, modos y políticas tradicionales, y en consecuencia impropio de una sociedad desarrollada con fuertes problemas de agresión al medio ambiente hídrico.
 

JESÚS CARRERA. Dep. de Ingeniería del Terreno. ETSI Caminos, Canales y Puertos. Universidad Politécnica de Cataluña. Barcelona.

La metodología de cálculo adoptada favorece que se sobreestimen los déficits de agua en cada ámbito de gestión. El tipo de análisis elegido también favorece inversiones altas. Puede ser más razonable emplear tasas de descuento más altas para comparar alternativas y utilizar criterios económicos para decidir los caudales a trasvasar.
El PHN no fomenta apropiadamente la gestión integrada del agua.
El canon (cuota) ambiental es uno de los elementos más interesantes del PHN. Debería extenderse a todas las fuentes de agua, no solo a las trasvasadas. También se recuerda que el principio de (o tendencia hacia) la recuperación de costes no debe afectar solo a los trasvases.
 

LUIS CRUZ PIZARRO. Catedrático de Ecología. Universidad de Granada.

El autor desmiente que se haya evaluado la calidad en función de indicadores biológicos y recuerda el artículo 5 de la Directiva de Medio Ambiente (obligación de analizar las características ecológicas de cada una de sus cuencas fluviales).
-Rigor científico: “El texto está plagado de afirmaciones, comentarios y valoraciones que hubiesen requerido mayor discusión y rigor científico. Esto es particularmente grave cuando del análisis de la información cuantitativa se extraen valoraciones cualitativas que incorporan a las conclusiones” -Dice el PHN que no parece que las posibles transferencias externas impliquen un grave problema desde el punto de vista de la penetración de la cuña salina en el delta. ¿Realmente se ha cuantificado lo que, desde un punto de vista ecológico, puede suponer un incremento –considerable- de la presencia de la cuña salina hasta la Isla de Gracia?).
-Llama la atención que un documento tan ambicioso e importante haya utilizado tan exigua bibliografía. Se echa en falta estudios limnográficos publicados sobre estos sistemas.
 

FRANCISCO DIAZ PINEDA. Universidad Complutense de Madrid.

Tras una exposición final muy elaborada y sólidamente argumentada en razones de fondo de carácter medioambiental, concluye:
 -“El PHN necesita una seria revisión ambiental”.
 

IGNACIO DOADRIO VILLAREJO. Museo Nacional de Ciencias Naturales –CSIC-.

Centra su informe negativo al Plan basándose en la conservación de la fauna y especies de agua dulce. Aboga por que los peces y la fauna fluvial se queden donde están (o sea, que no sean trasvasados con el agua) .
 

MICHEL DRAIN. Director de Investigación emérito en el C.N.R.S. (Francia)

El recurso del Ebro ha vuelto a salir otra vez con el segundo proyecto de PHN. Pienso, y creo que no me encuentro sólo, que este río sangrado en lo que va de siglo por una extensión desmedida del regadío, ya no puede soportar que le saquen mucho más agua sin que acontezcan graves consecuencias. Por lo cual creo que se debe descartar esa solución o limitarla al pequeño trasvase de Tarragona y no mucho más.
 

BENIGNO ELVIRA PAYAN. (Madrid) .

-“Tengo que confesar que he finalizado con evidente desgana la redacción de este informe, fuertemente mediatizado por la información sobre los comentarios del Ministro de Agricultura que hoy aparece publicada en periódicos nacionales como ABC, El Mundo o El País. Si el Gobierno democrático de España lleva adelante sus proyectos “por huevos” o “por cojones” (espero que se explique cuál fue el término empleado, pues el matiz es importante para conocer la categoría del sujeto), no hay nada más que añadir. Por eso lamento decir que me he quedado sin argumentos y no confío en que mis comentarios o críticas si en algo fueran útiles u oportunos, pudieran servir para algo.”
-“Mi conclusión finales tras el estudio de la documentación ahora aportada y otra previa como el Libro Blanco del Agua, junto con la legislación regional, nacional e internacional sobre aguas y conservación, es que se ha hurtado a la sociedad al debate y la puesta en práctica de un verdadero PHN , al que todos o la mayoría de ciudadanos españoles (yo incluido) hubiésamos merecido y deseado.”
 

MIGUEL ANGEL ESTEVE SELMA. Profesor de Ecología, Universidad de Murcia.

Se considera que el Anteproyecto de Plan Hidrológico Nacional carece de las mínimas garantías ambientales, exigibles en el marco de la normativa hidrológica y ambiental europea y nacional. Su conceptualización y base documental es, en numerosas ocasiones, obsoleta.
Los principales efectos ambientales críticos derivarán de la trasferencia propuesta como preferente, tanto en su punto de origen (el Delta del Ebro, por la inexistencia de excedentes) como en el área de destino (Cuencas del Jucar y, especialmente, El Segura, por el crecimiento del regadío generado por la creación de expectativas y la erosión de objetivos). Las restantes obras de infraestructura también tendrán efectos ambientales no deseables en el patrimonio natural español, sobre todo en algunas de sus especies insignia y en peligro de extinción.
El Plan debería ser sometido antes de su aprobación en las Cortes Españolas a una evaluación ambiental de alternativas o una evaluación estratégica que resuelva las principales contradiciones entre sus disposiciones y propuestas y las normas y estrategias ambientales vigentes o inspiradoras de la política ambiental actual, especialmente recordando que el promotor del PHN es el propio Ministerio de Medio Ambiente, centro directivo en el que residen las competencias ambientales a nivel nacional. Someter exclusivamente a evaluación ambiental las obras contenidas en el PHN a nivel de proyecto (obra por obra) es hurtar el debate ambiental en la fase más operativa de la toma de decisiones, como es reconocido por todas las instituciones internacionales y nacionales. Los documentos ambientales anexos al APHN son totalmente fragmentarios e insuficientes para una consideración rigurosa de la perspectiva ambiental en el PHN.
 

RAFAEL FERNANDEZ RUBIO. Catedrático de la Universidad Politécnica – Madrid. Presidente del Comité de Medio Ambiente del Instituto de la Ingeniería de España.

-En el PHN no se hace un verdadero estudio de alternativos, como sería exigido por el MIMAM para cualquier propuesta de planificación que viniese desde fuera. Se advierte que la pregunta está “conducida” hacia una política de trasvases, sin ponderar otras opciones.
-El PHN debiera venir acompañado de un estudio de impacto ambiental, como se exige para tantas propuestas de actuaciones de mucha menor envergadura que ésta.
-El autor denuncia la falta de rigor derivada de que recaiga en el mismo Ministerio la elaboración de los proyectos y sus estudios de impacto ambiental (no se puede ser juez y parte).
-El PHN no es un Plan, debiera titularse “Plan Nacional de Infraestructuras Hidráulicas”.
-A las aguas subterráneas se les minusvalora o se las ignora; incluso se utilizan conceptos falseados o parciales que supondría, en el mejor de los casos, ignorancia de quienes han sido responsables de la elaboración del PHN.
-No se tiene en cuenta la probable tendencia a la disminución del regadío en muchas áreas geográficas, debido a que la política de subvenciones no se va a poder mantener por tiempo ilimitado.
-No se abordan con seriedad las opciones de utilización de aguas de mar o de acuíferos salobres. -El PHN olvida las posibilidades de utilización de las aguas residuales; en el arco mediterráneo hay todavía demasiadas aguas residuales que se arrojan al mar.
 

JOSE MARÍA FLUXA CEVA. Dr. Ingeniero de Caminos. Presidente Consejo Social - Universidad Autónoma de Madrid.

En el PHN se constatan aspectos generales incompletos o no tratados.
-La garantía de la construcción de infraestructuras previstas, en su mayor cuantía económica distintas de los trasvases, el proyecto de Plan no es explícito y poco convincente.
-No se contemplan las garantías de disposición y sí las de recurso hídrico.
-Los beneficios de la operación está mucho más personalizados en la cuenca receptora que en la cedente.
-En el anteproyecto, las cuestiones de costes y financiación, prácticamente no se tratan.
-Sobre la prevención y protección ante avenidas, se debería explicitar la elaboración de mapas de riesgo.
 

LUISA MARIA FRUTOS MEJIAS; JUAN RAMON DE LA RIVA FERNANDEZ; ENRIQUE RUIZ BUDRIA; MIGUEL SANCHEZ FABRE. Dpto. de Geografía, Universidad de Zaragoza.

-“Este es el primer Plan de Obras Hidráulicas que responde a una anacrónica concepción de la planificación y no exactamente un Plan Hidrológico. Su desarrollo queda supeditado a la forma, pero no al espíritu de la Ley de Aguas, en tanto se centra en una única posibilidad, la transferencia desde la Cuenca del Ebro, de reequilibrar los déficit de zonas que han sobre explotado sus propios recursos sin considerar si eso era un bien colectivo, privado o local.”
-“Por otro lado, el largo proceso de construcción que se puede esperar de tan magna obra, permite plantear serias dudas sobre si las condiciones de las diversas cuencas (la cedente y las receptoras) van a ser las mismas que en las simulaciones se prevén, dada la gran rapidez de los cambios.”
-“No es fácil aceptar que, como se señala en el volumen 2, las transferencias no supondrán una expansión de los regadíos que, tras la norme inversión, va a dejar el trasvase pequeño, tal como ha ocurrido con el Tajo-Segura, máxime cuando es evidente que, dada la irregularidad de los ríos, incluido el Ebro, no siempre habrá agua disponible si se respetan las conclusiones de los habitantes de la cuenca y un mínimo de caudal ecológico.”
 

FRANCESC GALLART Y PILAR LLORENS. Institut de Ciències de la Terra Jaume Almera. CSIC, Barcelona.

Una revisión de los datos aportados para la elaboración del Plan Hidrológico Nacional muestra que los caudales del Ebro en Tortosa se han reducido durante los últimos 50 años en un 10%, aparte de la reducción originada por el aumento de los regadíos. Esta reducción se puede considerar moderada, ya que una parte importante de los caudales del Ebro se generan en zonas de alta montaña, poco afectada por la actividad humana. En el caso de la cabecera del Tajo, esta reducción es de un 50%, y puede explicar el fracaso del trasvase Tajo-Segura que no ha sido capaz de transferir desde su inauguración más del 30% de su caudal de diseño, y que es un ejemplo de lo que puede pasar con las obras hidráulicas que se diseñan sin estudios hidrológicos adecuados.
 

DIEGO GARCÍA DE JALÓN LASTRA. ETS de Ingenieros de Montes. Universidad Politécnica de Madrid.

El PHN debería plantearse lo siguiente antes de considerar ninguna política de trasvases intercuencas: a) medidas para acabar con la sobreexplotación actual y futura de los recursos hídricos en las cuencas mal llamadas ‘deficitarias’; b) analizar el desarrollo regional y sectorial de las cuencas y determinar aquellas que tengan una mayor pobreza que la media nacional; c) actuaciones  e inversiones en las cuencas ‘pobres’ y ‘excedentarias’ para un mayor, mejor y eficiente uso del agua, planteando alternativas imaginativas que respeten los ecosistemas, con objeto de reequilibrar y armonizar la riqueza en el territorio nacional; d) promover inversiones para fomentar usos alternativos del agua, respetuosos con el medio en las cuencas ‘pobres’ y ‘deficitarias’ (si las hubiera); e) restaurar los ecosistemas acuáticos degradados por la sobreexplotación hídrica.
 

F. GARCIA NOVO. Catedrático de Ecología – Universidad de Sevilla.

Dista todavía de ser el documento adecuado, pesando en exceso la presión del regadío y la inercia constructivista tradicional. Es necesario incorporar a fondo los principios ambientales para fundamentar la gestión de un recurso excepcional, sin equivalente. Y apostar por desandar, en parte, el camino seguido basado en las infraestructuras hidráulicas y la satisfacción de la demanda en lugar de reciclar, reutilizar, depurar, recuperar los paisajes del agua perdidos. Janda, Andela, los potreros del Guadiana están en el recuerdo como decisiones que no se hubieran compartido. Deben persistir como foros  para iluminar una gestión futura muy sensible al medio ambiente y decidida a recuperar algo de lo que perdió.”
 

ALBERTO GARRIDO COLMENERO. Profesor Titular de Economía Agraria – Departamento de Economía y Ciencias Sociales y Agrarias – Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos – Universidad Politécnica de Madrid.

-No está clara, ni probada, su racionalidad económica.
-Se trata de un plan que compite mal con otras alternativas; el argumento de que todas las opciones alternativas han sido ya tenidas en cuenta y de que, a pesar de ellas, las necesidades sólo pueden cubrirse mediante recursos externos, es demasiado débil (particularmente en lo que concierne a las opciones que plantea la aplicación del art. 61bis y la desalación).
-Poco se puede decir de las otras alternativas, cuando no han sido estudiadas o al menos sus resultados no han sido hechos públicos. (no se ha realizado una simulación de costes integrando la alternativa de la desalación para Almería).
-el análisis económico es sumamente pobre y reducido.
-Falta un estudio sociológico que dictamine si el proyecto propuesto es compatible con la evolución de la economía y de la sociedad a las que el trasvase afectará decisivamente.
-Hay muchas dudas sobre la capacidad de pago de las cuencas receptoras.
-La técnica jurídica para articular el PHN es insuficiente para que sea compatible con la Directiva Marco sobre Política de Aguas, al menos en los aspectos económicos.
-Tampoco se da garantías de que las aguas trasvasadas vayan a destinarse a los fines propuestos.
 

DOMINGO GÓMEZ OREA. Universidad Politécnica de Madrid.

El trasvase reforzará la tendencia histórica a la concentración de población en el litoral mediterráneo y a la desertización del interior rural, especialmente en las cuencas del Duero, Tajo y valle del Ebro; la fortísima concentración de población y actividad en el litoral y la paralela desertización del interior, tan indeseable la una como la otra, tendrá graves consecuencias para la calidad de vida y para la calidad ambiental en ambos medios.
Se plantea, pues, un problema de fondo que requiere más debate: el modelo territorial español futuro, uno de cuyos objetivos fundamentales ha de ser el equilibrio territorial. Este es el punto central de la solidaridad interterritorial: la consecución de un modelo territorial equilibrado para España, evitando desigualdades indeseables para todos.
(...)
Si se asume que se ha superado el margen de sostenibilidad en las cuencas receptoras, habría que buscar en ellas otros recursos endógenos: el agua salada o salobre, de la que el Mediterráneo tiene cuanta se necesite. La opción de desalinizar o desalar aguas no está debidamente contemplada ni evaluada en el Plan. Si fuese viable, y dados los actuales desarrollos tecnológicos, parece que podría serlo, sería una solución menos conflictiva y con un futuro que juega a su favor. Aconsejaría este análisis el hecho de que la solución evita los conflictos entre comunidades autónomas, y sería una solución definitiva, independiente de las incertidumbres inherentes al cambio climático.
 

MARTA GONZÁLEZ DEL TÁNAGO. E.T.S. Ingenieros de Montes, Universidad Politécnica de Madrid.

El Plan Hidrológico Nacional presentado carece de objetivos medioambientales, y en su contenido únicamente atiende a la satisfacción de la demanda de agua en las zonas actualmente deficitarias mediante los trasvases, sin considerar límites a una demanda futura en dichas zonas, quedando sin enlazar con una planificación del territorio y política de aprovechamiento sostenible de los recursos hídricos.
El esfuerzo realizado para la redacción del Plan Hidrológico Nacional se ha centrado casi exclusivamente en la valoración de las disponibilidades hídricas a partir de fuentes convencionales (aportaciones fluviales y reservas de acuíferos), y en los costes económicos de la infraestructura hidráulica necesaria para los trasvases propuestos, dejando sin estudiar en profundidad la situación ambiental de los ecosistemas acuáticos afectados, y el impacto ecológico de los trasvases sobre los mismos.
Sería necesario completar y actualizar desde el punto de vista ambiental el Plan Hidrológico Nacional antes de su aprobación definitiva, incorporando en su análisis algunas alternativas diferentes a los trasvases, como la puesta a punto de nuevas tecnologías para la reutilización de las aguas o la desalación en zonas costeras, así como una política más concreta y vinculante al Plan Hidrológico Nacional, de reducción del consumo de agua y limitación al crecimiento futuro de la demanda, en zonas deficitarias de recursos hídricos.
 

CARLES IBÁÑEZ MARTÍ. SEO/BirdLife.

El caso del Ebro es uno de los más graves en lo que se refiere a la retención de sedimentos fluviales, estimándose que los casi 200 embalses existentes en la cuenca retienen más del 99 % de los sedimentos que el río transportaba originalmente. Ello está comportado una remodelación de la línea de costa en la zona de la desembocadura, así como una pérdida de elevación del conjunto de la llanura deltaica por subsidencia y subida del nivel del mar. De continuar esta tendencia, a medio y largo plazo se produciría un retroceso notable del frente costero, a la vez que una superficie creciente del delta se situaría por debajo del nivel del mar.
 

DOMINGO JIMÉNEZ BELTRÁN. Director Ejecutivo de la Agencia Europea de Medio Ambiente.

Con los documentos analizados no se aprecia una lógica del PHN más allá de la que parece heredar de todos los planes anteriores de que deben hacerse trasvases de las (mal) llamadas cuencas o sistemas excedentarios a los deficitarios. España, siendo el país con mejor información hidrológica (además de ser el Estado de la UE con más embalses y el quinto del mundo con un 3% del total) parece seguir poniéndola al servicio de un modelo de gestión del recurso agua superado, por no decir obsoleto.
El PHN no responde a la lógica de la sostenibilidad. Es más, señala y sólo al hablar de medio ambiente y referente a la agricultura y regadíos y demandas hídricas que la sostenibilidad es "un concepto emergente" y que además "en última instancia no es sino uno de los aspectos del concepto más general de desarrollo sostenible cuya consideración resulta obligada en el contexto de este Plan Hidrológico Nacional".
Aparte de que este planteamiento choca frontalmente con el Tratado de Amsterdam, que establece como objetivo de la UE (y consecuentemente de los Estados miembros) el desarrollo sostenible (art. 2 y 6), por tanto no es un concepto emergente. El PHN propuesto no es sostenible ni es instrumento para un desarrollo más sostenible.
La opinión personal del que suscribe es que este PHN, aunque en líneas generales no se aparta del proyecto de 1993-94 (que entonces como Director de Política Ambiental y responsable de las Declaraciones de Impacto Ambiental me parecía inaceptable y así lo manifesté) es un retroceso con respecto a aquel, tanto en términos absolutos (aquel explotaba o en cualquier caso intentaba justificarse más al haber aceptado la consideración de escenarios y además remitía el tema y proyecto de conjunto de transferencias, que además se admitían como conexiones, a una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) a realizar antes de confirmar su inclusión en el PHN mientras que aquí se intenta aprobar en su conjunto y se remite a la EIA de las partes) como sobre todo por su distinta contextualización.
En estos seis años ha cambiado el contexto ambiental y del desarrollo a nivel comunitario. Ha entrado en vigor el Tratado de Amsterdam, estableciendo el desarrollo sostenible como objetivo de la UE y de sus Estados Miembros (Art. 2 y 6). Se ha aprobado la Directiva Marco consagrando el principio de unidad de cuenca (en el que España y sus Leyes de Aguas fueron pioneras), el de internalización de costes incluyendo las externalidades y costes ambientales y de su repercusión en el usuario y la gestión de la demanda. Y en este tiempo se ha confirmado el proceso de Cambio Climático, que exige, aun más, el recuperar y mantener los sistemas hidrológicos y las cuencas hidrográficas en las mejores condiciones.
Y a todo esto parece insensible el PHN, no sólo estamos ante un modelo continuista y superado, sino que choca frontalmente con la lógica ambiental y de la sostenibilidad que se aplica incluso en políticas más duras cuando más en un Plan que debía ser (como reconoce el texto del Análisis Ambiental en su pág. 259) un Plan Sostenible por antonomasia al referirse a uno de los recursos naturales más preciados, sobre todo para España, como el agua.
 

JOSÉ LÓPEZ GÁLVEZ. Universidad de Almería.

Los documentos presentados proponen como solución los trasvases pero no analizan posibles alternativas. Además, no proporcionan información a nuestro juicio suficiente que permita precisar si los beneficios técnicos, económicos, sociales y ambientales, aconsejan la realización del Plan.
Los rendimientos monetarios que el Plan asigna a los regadíos de Almería, Comunidad Valenciana y Murcia, con una media de 318 pta/m3, no incentivan la realización del Plan. El coste de transporte,  desde un punto de vista estrictamente económico, no es razonable. El establecimiento de un mismo precio para Castellón y Almería, distantes casi 400 km supondría, si se tienen en cuenta tales costes que el precio del agua puesta en este último punto, tendría una subvención adicional que probablemente superaría las 100 ptas/m3 de agua suministrada.
La explotación de los acuíferos, en general, que hoy sustentan la riqueza de muchas zonas y en particular los del Campo de Dalías (Almería) precisan de su seguimiento tanto en lo que se refiere a su realimentación, a la calidad y a su explotación, no han merecido ninguna atención en la documentación presentada.
 

JOSE RAMÓN LÓPEZ PARDO. Ingeniero Agrónomo, exdirector general de la D.G.A.

-Metodológicamente, el PHN no acaba de justificar suficientemente los fundamentos socioeconómicos y medioambientales en que se basa su propuesta. Debería haberse prestado una mayor atención a las tendencias observadas por las políticas sectoriales, las recomendaciones y acuerdos internacionales.
-El impacto del cambio climático y sus previsibles efectos efectos, sobre la futura distribución de cultivos, deslocalización de la demanda de agua para riego y otras implicaciones medioambientales como el avance de la erosión…, no ha sido suficientemente tratado y por ello, cualquier estrategia de actuación futura, queda en parte limitada.
-En la evolución de la demanda de agua para riego, creemos que no se ha contemplado suficientemente, ni los escenarios resultantes de la próxima liberación comercial, ni el impacto de la reforma de la PAC y de sus actuales subsidios sobre las zonas regables.
-La histórica responsabilidad asignada a la política hidráulica, sobre la viabilidad de muchas zonas regables y rurales, ha impedido llevar a cabo otras propuestas de desarrollo alternativas, lo que en una economía regional moderna debería haberse planteado.
 

RAMON LLAMAS MADURGA. “Proyecto Aguas Subterráneas” – Fundación Marcelino Botín – Catedrático de la Real Academia de Ciencias.

-Una política estructuralista anticuada y poco equilibrada: el PHN presenta un fuerte sesgo para continuar la política estructuralista que ha predominado en España, desde hace siglo y medio. Esa política ha llevado a que España sea, particularmente, el primer país del mundo (si se exceptúan cuatro pequeños países: Albania, Chipre, Islandia y Noruega) en número de presas por habitante (30 presas por cada millón de españoles) y el último país de la Unión Europea en el uso de aguas subterráneas por abastecimientos urbanos (22%).
No parece que haya habido una gestión y planificación hidrológica adecuada e integrada cuando se produce una atención tan excesiva a la regulación de las aguas superficiales y un olvido sistemático de las aguas subterráneas. El PHN continúa apostando por el incremento del número de infraestructuras, en detrimento de otras opciones más sencillas y beneficiosas para la economía y el Medio Ambiente.
-Déficits hidrológicos poco realistas que coinciden en proponer soluciones estructurales muy caras. El autor pide revisar las “demandas” de agua que se han utilizado para definir los denominados “déficits hídricos estructurales”, un concepto exclusivo del PHN y difícil de comprender desde una perspectiva exclusivamente científica. Es un contraste en todos los países desarrollados que las “demandas” de agua decrecen drásticamente cuando se pone el agua a un precio razonable.
-Un cambio en los planteamientos del PHN en lo que se refiere a las aguas subterráneas contribuirá a eliminar la necesidad de construcción de muchas de las nuevas infraestructuras hidraúlicas propuestas, lo que conduciría en breve plazo a :
a) un ahorro muy considerable de inversión de dinero público.
b) La eliminación de algunos conflictos entre Comunidades Autónomas, relacionados con los trasvases de recursos intercuencas.
c) Un mayor respeto por el Medio Ambiente y la conservación de la naturaleza.
d) Una planificación integrada de las aguas.
También se facilitaría el establecimiento progresivo de la política de repercusión de costes, que exige la Directiva Europea del Agua, recientemente aprobada.
En resumen, los datos del Proyecto de Aguas Subterráneas de la Fundación Marcelino Botín indican que ese giro copernicano de la política del agua en España, se podría hacer sin convulsiones sociales, en un plazo de tiempo relativamente breve y con un coste económico drásticamente inferior al que sugiere el PHN. Además, se lograría una mayor sintonía con la filosofía que impregna la Directiva Marco del Agua.
 

GASPAR MAIRAL BUIL. Profesor Titular de Antropología Social. Universidad de Zaragoza.

Los conflictos del agua son la manifestación concreta de un proceso cultural como es la construcción del riesgo. La existencia de un proyecto y su, generalmente, prolongada tramitación, determina el surgimiento de una sombra de riesgo que puede permanecer latente durante bastantes años. En todo este tiempo se va produciendo un impacto social como consecuencia de la incertidumbre, el desorden y la desorganización social, que experimentan las comunidades afectadas  y en momentos más puntuales todo este substrato genera conflictos con la administración u otras instituciones o también con las organizaciones que representan a los futuros beneficiarios de la obra, sean éstos regantes o empresas hidroeléctricas. Esta sería la secuencia teórica de los conflictos que se producen antes de que una obra dé comienzo e incluso antes de que se inicie cualquier proceso expropiatorio. Por otra parte, es también el período en el que se debería actuar para, primero, intentar comprender el conflicto y segundo, poder dialogar y negociar dentro de un marco en el que se encuentren la argumentación jurídico-política, técnica y económica de la administración y el culturalismo de los afectados.
Un instrumento fundamental para llevar adelante el objetivo de tratamiento de los posibles conflictos derivados de la construcción de grandes infraestructuras hidráulicas, es la evaluación de impacto social. Pero en el PHN no hay ni una sola línea dedicada a la definición del impacto social y no se menciona siquiera este concepto. Un impacto social es el resultado de los costes y pérdidas socio-económicas, territoriales y culturales, estimadas por los afectados y por los expertos. Pero estas pérdidas no pueden ser evaluadas sólo cuantitativamente sino que es preciso introducir criterios cualitativos. El impacto social de un embalse no puede reducirse exclusivamente a la cuantificación estricta de las hectáreas anegadas y de los edificios inundados. Hay otros criterios fundamentales a considerar.
 

ANTONIO PALAU YBARS. Dpto. Medio Ambiente y Ciencias del Suelo - Universidad de Lleida.

-El apartado de Análisis Ambientales aporta incongruencias o incorrecciones, como considerar las expropiaciones en la fase de construcción y no en la de planeamiento, hablar de efectos climáticos de los cajeros de los canales, citar los parámetros biológicos de calidad de agua dentro del apartado del medio abiótico, o utilizar de forma inadecuada el concepto de nicho ecológico…..
-Se hace difícil “evaluar” el PHN desde un punto de vista ambiental, dada la poca precisión y excesiva generalización con la que se tratan los temas ambientales.
-Los aspectos ambientales considerados en el PHN resultan muy poco defendibles y apuntan a una falta de sensibilidad ambiental preocupante.
-Los análisis de las afecciones de los trasvases sobre la calidad del agua, se tratan con cierto detalle a nivel de cuencas receptoras y, en cambio se obvian en las cuencas cedentes.
-La pérdida de capacidad de dilución que se produce en las cuencas cedentes de aguas, se recoge como un aspecto a tener en cuenta, en ningún momento se tiene en cuenta en el apartado dedicado a las afecciones en origen. Es especialmente importante en el caso del Ebro.
 

PILAR RODRIGUEZ RODRIGUEZ. Dpto. Biología animal y genética- Universidad del País Vasco.

-El PHN no recoge una valoración adecuada de los riesgos de pérdida de biodiversidad en las cuencas donantes, intermedias y receptoras.
-La necesaria conservación de las cabeceras de nuestros ríos es la garantía de futuro para la conservación de un recurso escaso, que es el agua de buena calidad, y de muchas de nuestras especies endémicas que tienen su refugio en cuencas aisladas en los tramos superiores de los ríos.
-Llama la atención la ausencia de una relación de los datos radiológicos ambientales existentes. Me parece muy superficial el tratamiento de este aspecto de la contaminación de las aguas.
-Mientras no existan planes de ahorro, mejora de la conducción, los riesgos de la agricultura intensiva..., “no se estará en condiciones de plantear gigantescas obras de infraestructura de elevado coste económico, social y ecológico para el país.
-Los análisis ambientales del PHN son excesivamente superficiales. Desafortunadamente, no fomenta un uso sostenible del agua, sino que va a favorecer el mantenimiento de un uso no sostenible en el sureste de la península, ligado a actividades agrícolas y turísticas de alta intensidad que requieren más agua a costa del desarrollo equilibrado y la conservación del patrimonio natural de otras regiones de España.
 

JOSE ANTONIO REVILLA CORTEZÓN. Catedrático de Ingeniería hidráulica – Universidad de Cantabria.

-Cabe remarcar el marcado contraste que la documentación facilitada presenta entre sus contenidos de carácter hidrológico y de carácter ambiental. Si respecto al primero, puede decirse que nos encontramos ante un trabajo de adecuado nivel técnico y científico, no puede decirse lo mismo respecto al segundo, pues las carencias son notables.
-Realmente, la calidad de los estudios ambientales presentados no se corresponde con la importancia que el proyecto de trasvase requiere.
-Otro aspecto muy importante es la escasez de información sobre los métodos de gestión de los trasvases previstos. Este aspecto se considera fundamental, no sólo para poder estimar la calidad del agua de destino, después de las mezclas que sufrirá en el tránsito, sino para saber cómo se altera la calidad de las aguas locales.
 

CARLOS TIÓ SARALEGUI. Catedrático Departamento Economía y Ciencias Sociales Agrarias – Universidad Politécnica de Madrid.

-“Un trasvase litoral a las cuencas actualmente deficitarias es una solución excesivamente rígida, que no permite ningún uso alternativo futuro. Dados sus costes y sus plazos de ejecución, el PHN debe constituir una respuesta estratégica a las necesidades de futuro y tener en cuenta las que también van a presentarse con toda seguridad en las cuencas del Tajo, Guadiana y Guadalquivir, dada la presencia en ellas de grandes masas de cultivo de viñedo y de olivar, cuya viabilidad futura dependerá críticamente de la posibilidad de disponer de agua para un riego moderado.”

http://www.elperiodico.es/EDICION/portada.htm?l=CAS&f=010224
ANTONI Gutiérrez Díaz
EUROPA Y EL AGUA

 
Algunos gobiernos olvidan que estamos en la UE no sólo para reclamar recursos, sino también para aplicar las leyes. Un ejemplo de ello es el Plan Hidrológico, por el que el Gobierno reclama recursos comunitarios. Y es que el plan debe ajustarse a la directiva Hábitats, que regula las zonas de fauna y de flora de especial protección, a la directiva Aves y a la directiva que obliga a medir el impacto ambiental. De la Hábitats se desprende la protección de la Red Natura 2000. Y más de 40 puntos afectados por el plan están dentro de esta red.
 
También existe la directiva Aguas, que pone serias reservas al trasvase entre cuencas. No será vigente hasta el 2003, pero ya nos obliga moralmente. Quizá eso explica la prisa de algunos.

Miembro de IC-V.


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Miguel Angel Gallardo Ortiz, Informático, Ingeniero de Minas, Criminologo  y Perito 
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