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La transcribimos íntegramente por su
interés y les damos las gracias por su colaboración para “Ciencia y Docencia”.
Diversas opiniones de
otros expertos sobre
el Plan Hidrológico
Nacional (PHN)
La referencia de esta
página viene desde http://www.cita.es/agua
dedicada a los
"Principios de Hidrología Forense"
por Miguel Angel
Gallardo Ortiz, Ingeniero de Minas (UPM), E-mail: miguel@cita.es
Resumimos nuestro leal saber y entender sobre la conflictividad del Plan
Hidrológico Nacional (PHN) pronosticando numerosos contenciosos-administrativos
en Tribunales Superiores, así como en el Tribunal Supremo y en el Tribunal Constitucional,
en el que tal vez se analicen más y mejor los dictámenes de los expertos en
"Hidrología Forense"
Diversas
opiniones de otros expertos sobre el PNH
SELECCIÓN
DE TEXTOS según http://www.cita.es/agua
LEANDRO DEL MORAL ITUARTE. Departamento de
Geografía Humana, Universidad de Sevilla.
En Almería
se expresa, quizás con especial intensidad, la situación que afecta a todo el
Litoral mediterráneo receptor de los trasvases propuestos. La gran cuestión,
como todas las opiniones autorizadas vienen entendiendo últimamente, es el
modelo de desarrollo territorial que al que se quiere y se puede aspirar.
Cuando es de dominio público que ya se ha generado un claro movimiento al alza
de los precios de las tierras que podrían ser beneficiadas por las aguas del
trasvase, no parece que esa condición novedosa y positiva que introduce el
Anteproyecto, la congelación de los usos agrícolas actuales en las zonas
receptoras, tenga ninguna posibilidad de convertirse en realidad. Parece
bastante claro que, en el contexto social e institucional actual, los trasvases
significan la proyección al futuro de un modelo que comienza a juzgarse
insostenible ecológicamente, falto de cohesión social y territorialmente
desequilibrado. El debate no es muy diferente al que se desarrolla sobre los
modelos de desarrollo territorial de otras zonas del litoral, como algunos
grandes municipios de la Costa del Sol, en donde la dinámica de crecimiento
rápido, las perspectivas de corto plazo y la indisciplina urbanística cuentan
con amplio respaldo social; donde también se presenta una intensa presión
social para la ocupación de la primera línea del litoral o la colmatación de
los espacios libres remanentes.
(...) Sin embargo, el nuevo proyecto mantiene invariables algunas ideas
fundamentales que siguen comprometiendo la propuesta. Volver a insistir, ahora
por parte del propio Ministro de Medio Ambiente, en la idea de que "el
principal usuario del Ebro es el Mediterráneo", constituye un retroceso
importante en la racionalización y modernización del debate hidrológico en
España. Aunque todavía haya podido encontrar eco en amplios sectores sociales,
esa argumentación o mediatización del mensaje hacia el público, ha enajenado de
entrada a buena parte de la comunidad científica. La fórmula de prometer a la
zona cedente inversiones Económica y ecológicamente insostenibles, no
sustentadas por planificación agraria alguna, complican más que resuelven la
situación.
MARÍA ROSA MIRACLE SOLÉ
Catedrática de Ecología de la Universidad de Valencia. Instituto Cavanilles de
Biodiversidad y Biología Evolutiva. Presidenta de la Asociación Española de
Limnología.
(1) El PHN
es incompleto en cuanto al tratamiento que se da al análisis de las afecciones
ambientales, sobre todo en las cuencas cedentes, pero también en las
receptoras.
(2) El cálculo del caudal ecológico que se deja al río de la cuenca cedente, es
muy discutible, principalmente porque es fijo y mínimo, pero no ecológico. El
Ebro no es tan excedentario, de manera que retirarle un caudal que lo deja en
unos mínimos, tan mínimos que no permiten un régimen estacional, significará un
impacto gravísimo al Parque Natural del Delta y a los ecosistemas marinos del
Mediterráneo, mantenidos por la desembocadura de un río con ciclos
estacionales.
(3) No se estudia algo tan fundamental como el impacto que supone la mezcla de
aguas de diferente naturaleza, calidad y procedencia, lo cual se da en todas
las alternativas de trasvase propuestas y que supone transtornos hidroquímicos
y biológicos y por tanto impactos ecológicos en los sistemas transitados y
receptores.
(4) El impacto ecológico de las obras de trasvase solo se comenta pero sin
aportar estudios ambientales detallados.
(5) La información que se aporta sobre la sostenibilidad del trasvase es muy
poca, tanto a efectos de las cuencas cedentes como de las receptoras,
considerando esta sostenibilidad tanto desde el punto de vista ecológico como
el agrícola, socioeconómico, etc. El PHN se basa en el transporte de agua, que
no es más que una solución rápida para casos de emergencia. Se deberían
plantear también soluciones a más largo plazo basadas por ejemplo en la
restauración hidrológico-forestal, pues está comprobado el importante papel de
la vegetación en la regulación y conservación de los recursos hídricos, así
como de la erosión del suelo y la desertificación.
(6) El PHN no debería incorporar las actuaciones propuestas por los Planes de
Cuenca sin una evaluación más seria y completa de las mismas. Estas actuaciones
suponen, por lo general, la aceleración de la destrucción y degradación de los
ya muy mermados ecosistemas acuáticos que nos quedan. Muchas de estas
actuaciones deberían revisarse y cambiarse por actuaciones más blandas, que
impliquen lo más mínimamente posible a los sistemas naturales. Actualmente las
grandes obras no son las actuaciones mejores, sino que por el contrario las
mejores son aquellas que causen menor impacto y permitan un desarrollo
sostenible.
(7) El PHN, así como los Planes de Cuenca, contienen muy pocas actuaciones
destinadas a la mejora de la calidad y gestión del agua, al mantenimiento de
las obras hidráulicas actuales, a la disminución de impactos ambientales
debidos a las obras ya existentes y a la restauración de los ecosistemas
fluviales y su llanura aluvial.
Mª TERESA PÉREZ PICAZO
Dpto. de Economía Aplicada. Facultad de Economía y Empresa. Universidad de
Murcia.
Primera:
El Plan ha nacido hipotecado debido a los compromisos políticos con los Planes
de Cuenca y al amplio margen de actuación que concede a la Comunidades
Autónomas y a las Confederaciones en lo concerniente a la asignación de
caudales.
Segunda: Los análisis mediambientales y económicos carecen de rigor científico.
En el caso de los primeros la argumentación desplegada resulta imprecisa,
aplazando la verificación de estudios más rigurosos hasta la puesta en marcha
de las obras. Ello contradice las exigencias de la nueva Directiva Marco del
Agua. Y en de los segundos es incurre en errores de bulto, sobre todo en lo
referente a los costes del proyecto.
Tercera: Pese a sus pretensiones en lo referente a unos planteamientos más
modernos, el Plan se queda dentro de un estructuralismo añejo. En nigún momento
se alude a la necesidad de poner en marcha nuevos mecanismos que aseguren una
forma de gestión de los usos y consumos del agua más racional y ahorrativa, ni
se esboza un juicio crítico sobre las causas de las situaciones de
sobreexplotación existentes en el litoral mediterráneo o en la Mancha. El
objetivo sigue siendo el de satisfacer todas las demandas por medio de grandes
obras, asegurando así un crecimiento sostenido de la agricultura de regadío, en
una coyuntura durante la cual lo que se plantea (y de manera urgente) es el
crecimiento sostenible de la misma.
NARCÍS PRAT
Departament d’Ecologia de la Universitat de Barcelona y miembro del Consejo
Nacional del Agua
Los deseos
y las buenas intenciones de los prólogos de la ley, o los que figuran en el
Informe del “Consejo Nacional del Agua”, o incluso los artículos del
anteproyecto del PHN donde se declara que “el buen estado de las masas de agua”
es su objetivo contrastan con las realidades que encontramos en los Planes de
Cuenca o en el mismo ALPHN. Mientras se pone en marcha la DMA, ciertamente una
ley con unos objetivos ambientales muy claros, se ejecutarán al mismo tiempo
los Planes de Cuenca y el PHN, y si se hace realidad el Anexo de obras
aprobadas en el PHN se destruirá gran parte de aquello que la aplicación de la
DMA haría posible conservar o restaurar...
Quedan en España relativamente pocos ecosistemas en un buen estado ecológico.
La mayoría han padecido destrucción del hábitat y contaminaciones de todo tipo.
Teóricamente las leyes habrían de proteger los pocos que nos quedan y mejorar
los que están degradados. La realidad es que los planes de futuro
(personificados en el anexo del PHN) están cargados de obras destructoras y
poca esperanza de mejora para los ecosistemas que ya están degradados
FERMÍN VILLARROYA GIL. Profesor Titular de la UCM.
Los
trasvases son una decisión política. Probablemente no hay argumentos
sólidos hidrológicos, ni ambientales, ni económicos, ni sociales que
aconsejen claramente estas actuaciones. Empezando por los últimos, la necesaria
solidaridad y vertebración del país (tan aludidas frecuentemente por el
gobierno en diferentes documentos) no pasa necesariamente por la política de
los trasvases, como luego se dirá. En cuanto a los aspectos hidrológicos hay
serias dudas sobre si todos los esfuerzos de ahorro, eficiencia, moderación de
las expectativas futuras de usos de aguas y por tanto de la consiguiente
reducción de las demandas se han tenido en cuenta. Por seguir en esta
línea, el papel que deben jugar las aguas subterráneas está difuminado cuando
no ignorado. Cuando se nombran los acuíferos es para aludir a la
sobreexplotación, contaminación, o intrusión marina. Los aspectos ambientales,
son tal vez los más evidentes de esgrimir en contra del PHN, por cuanto se
ponen en fragilidad ecosistemas tan emblemáticos como el Delta del Ebro,
bosques galería, así como la calidad de las aguas. Los aspectos económicos con
cifras imposibles de asimilar a escala humana, quedarían drásticamente
reducidos si se piensa en aplicar íntegramente el principio de “full cost
recovery” preconizado por la nueva directiva marco de la UE, y que viene
expresado en el art 12,3 del PHN.
ROSA MARIA ARCE RUIZ
Profesora del Departamento de Ordenación Territorial, Urbanismo y Medio
Ambiente de la Escuela Técnica Superior de Caminos – Universidad Politécnica de
Madrid.
-“Efectuar
un análisis ambiental estratégico, capaz de integrar consideraciones
ambientales en el Plan y evaluar ambientalmente las alternativas, entendiendo
por alternativas, no únicamente los diferentes trazados de las infraestructuras
de trasvase, que es lo que analiza el documento de Análisis Ambiental revisado,
sino incluso las alternativas a los trasvases, que no están ni valoradas
económicamente.”
-“Realizar estudios de mercado que permitan deducir la predisposición a pagar
las tarifas del agua que se derivarán de los trasvases.”
-Justificar mejor los caudales ambientales, soportándolo con estudios
concretos.
-Detallar los costes ambientales de las infraestructuras, evitando la
descompensación de las justificaciones de costes.
-Ampliar los inventarios de riveras y tramos de ríos, según estado de
conservación, junto con estudios de funcionamiento de los ecosistemas actuales
de esos tramos de ríos.
El Libro Blanco del Agua lo expresa muy bien, diciendo que “es posible resolver
graves contenciosos hidráulicos si se aborda con prudencia y rigor técnico,
explicación a los agentes interesados, plena transferencia en el proceso de
discusión y verdadera voluntad política de alcanzar acuerdos razonables
equitativos (Apartado 4.2.6 las tensiones políticas y territoriales).
PEDRO ARROJO AGUDO. Dpto. de Análisis Económico de
la Universidad de Zaragoza .
El propio
Libro Blanco argumenta de forma notablemente consistente la necesidad de
cambiar en profundidad el enfoque de nuestra tradicional política hidráulica,
basada en estrategias de oferta, para pasar a lo que propiamente debería
poderse llamar, con propiedad, política hidrológica, basada en estrategias de
gestión de la demanda y de conservación de la calidad ,
incluyendo en el concepto de calidad la salud de nuestros ecosistemas.
Estudiado el proyecto de Plan Hidrológico Nacional, puede afirmarse que tales
propuestas han quedado en simple retórica. Contrastar esos propósitos formales
con la realidad de ese Plan Hidrológico Nacional cuya esencia se basa en
proponer más de 100 nuevos grandes embalses y faraónicos proyectos de trasvases
intercuencas resulta tan inconsecuente como desmoralizador desde un punto de
vista científico-técnico.
Las
potencialidades tecnológicas y la sistemática subvención masiva de la obra
hidráulica han generado una percepción de disponibilidad potencial ilimitada.
Lo que eran restricciones naturales han pasado a interpretarse como un déficit
entre lo deseado y lo disponible, que el Estado debe, por principio,
resolver. Desde ese enfoque, nace el concepto de Desequilibrio Hidrológico , basado en un sentido de"Injusticia de la
Naturaleza" para con los pueblos de las regiones esteparias
cuyadiscriminación respecto a los de zonas húmedas, exigiría del Estado
la pertinente rectificación de este "desorden" natural.
En esta línea de racionalidad económica la Unión Europea va más lejos al
plantear la necesidad de introducir en el precio o tarifa de las aguas el
llamado Valor de Oportunidad o de Escasez, en lugares o circunstancias en
que los requerimientos superen las disponiblidades. Desde este enfoque el
concepto de "Déficit Estructural" se desmorona literalmente, ya que
el efecto de incorporar el Valor de Oportunidad no es otro que el de
hacer subir los precios hasta un nuevo punto en el que oferta y demanda se
tiendan a equilibrar. Esta es la razón por la que resulta inconsistente hablar
de Déficit Estructural en el caso de la gasolina, dejando fuera de lugar
conceptos como Desequilibrio Petrolero.
El Plan
Hidrológico Nacional se proyecta a un horizonte de 50 años en el que la
gravedad del fenómeno de cambio climático no admite dudas, exigiendo
prever un profundo cambio de escenario a la hora de abordar un ejercicio serio
de planificación hidrológica. Desgraciadamente, el presente proyecto de Plan
Hidrológico Nacional elude dar la pertinente atención, consideración y
tratamiento al problema. En él se cambia el enfoque que había presentado
anteriormente el Libro Blanco, sin mediar argumentación o justificación alguna.
El
concepto de cuencas excedentarios, al igual que el de
cuencas deficitarias, estrechamente ligados a la terminología económica de
oferta y demanda, requieren de una profunda revisión conceptual.
Tanto en materia de gestión de vertidos como de gestión de acuíferos
sobreexplotados, hoy se puede hablar de desgobierno generalizado. Es quizás en
la sobreexplotación de acuíferos en esas zonas calificadas de deficitarias
estructuralmente, donde se refleja más clamorosamente esta situación de
desgobierno. El carácter individualista de este modelo ha desembocado en una
gestión insolidaria e insostenible, abocando a procesos de sobreexplotación,
degradación y salinización de muchos acuíferos: Castellón, la Mancha, Murcia,
Almería...
La Ley de Aguas, establece claramente las responsabilidades de la
Administración ante tales dinámicas de sobreexplotación que, sin embargo, en
ningún momento se han asumido. El hecho de que el PHN ni siquiera aborde las
raices de esa situación de sobreexplotación y desgobierno es grave, pues, sin
analizar las causas, es imposible resolver los problemas.
Los costes
de tratamiento y depuración, especialmente en los caudales destinados a usos
urbanos, pueden llegar a ser muy relevantes, y sin embargo no aparecen
contabilizados en .el estudio económico del PHN.
Se cometen
errores metodológico graves, como confundir Beneficio
y Valor Añadido Neto, asumir el coste de desalación de aguas de mar como valor
de oportunidad de las aguas urbanas o presuponer que en los próximos 50 años se
van a mantener a raya las exportaciones de cítricos y productos mediterráneos
producidos en el Magreb y Turquía. Errores tan inaceptables no admiten
alegación de ignorancia, por lo que suponen un claro fraude.
Los
presupuestos se basan en estimaciones hechas sobre costes de obras
caracterizadas como “similares” desde parámetros físicos tan genéricos como
longitud y altura de la presa... Ello aboca a resultados fiables en
infraestructuras escasamente dependientes de las características concretas del
terreno como pueden ser los bombeos; menos fiables en caso de infraestructuras
como canales; y netamente infiables en el caso de presas o túneles. La
probabilidad de esta infiabilidad sesgue a la baja las estimaciones es tanto
mayor cuanto mayor y más complejo es el proyecto, lo que, en este caso, supone
una expectativa de importantes desviaciones. Este enfoque es frecuente en las
estimaciones presupuestarias de la Administración, provocando desviaciones en
la ejecución de obras complejas que suelen rebasar el 50%, e incluso el 100%.
FRANCISCO JAVIER AYALA CARCEDO. Instituto
Geológico Minero de España.
Los
escenarios que predicen los modelos climáticos para la Península Ibérica,
indican con bastante consistencia una reducción de precipitaciones y un aumento
de temperatura. Esto implica, de un lado, una clara reducción de los recursos
hídricos (17 % a nivel de la España Peninsular para 2060); de otro, un aumento
del consumo por hectárea para mantener los actuales regadíos (por aumento de la
evaporación directa + aumento de la transpiración biológica y menor
precipitación). Otra consecuencia del Cambio Climático sería el aumento de la
variabilidad y por tanto la intensificación de las sequías. La planificación
hidrológica no puede ya seguir haciéndose suponiendo que los recursos van a ser
los mismos que hoy. (...) Si se aplica la evaluación al año 2060, se descubre
que p.e. el trasvase Ebro-Levante no sólo no tendría excedentes sino que
tendría déficits que afectarían gravemente al Delta del Ebro y a su propia
viabilidad económica e irían generando una conflictiva situación entre la
cuenca cedente y las cuencas receptoras. La reducción de recursos esperable,
hace poco creíbles las previsones de costo del m3. Sólo en el trasvase
Ebro-Levante, esta reducción haría crecer en un 40 % los costes por m3.
DIEGO AZQUETA OYARZU. Dpto. Fundamentos Análisis
Económico – Universidad de Alcalá.
-No supera
las prácticas propias del análisis de rentabilidad financiera sobre tratamiento
de los costes y beneficios del Plan.
-Tratamiento otorgado a las compensaciones es doblemente insatisfactorio. No
cubre los valores del agua sacrificados por las transferencias, ni tampoco
todos los colectivos afectados. No se hace ningún esfuerzo por computar los
perjuicios causados, cuando la literatura tanto aplicada como teórica,
facultarían un cálculo directo de los mismos.
-La perspectiva metodológica utilizada para descontar los costes y beneficios
futuros es inadecuada.
-No se analiza la relación existente entre el acceso al recuso hídrico, y la
dinámica de crecimiento y asentamiento de la población.
-El Plan centra sus prioridades en usos del proceso productivo,
fundamentalmente agrícola. No se muestra la demanda con respecto a los recursos
naturales y ambientales para usos colectivos. El planificador no puede perder
de vista esta evolución previsible de la demanda.
ANA BARREIRA. Presidenta del Instituto
Internacional de Derecho y Medio Ambiente.
El
Anteproyecto de PHN presenta notables discordancias con la política europea del
agua tal como está plasmada en la DMA. Estas divergencias son especialmente
claras en : 1) los procesos de participación de la
sociedad civil; 3) la falta de transparencia; y 3) el incumplimiento de la
obligación de no deterioro de los ecosistemas acuáticos. Asimismo, en breve
también entrará en vigor una Directiva que obligará a evaluar las consecuencias
ambientales de ciertos planes y programas en su globalidad y que afectará al
PHN en cuanto tal plan, cuestión que no ha sido tenida en cuenta a la hora de
elaborar el Anteproyecto. Si bien, los Estados Miembros no están obligados a
cumplir con la mayoría de las disposiciones de la DMA hasta el 22 de diciembre
de 2003, cuando tendrán que haberla transpuesto a sus ordenamientos jurídicos,
no conviene engañarse pues se trata de un proceso gradual que debe iniciarse
desde la publicación de esa Directiva. España se encuentra ante una gran
oportunidad para iniciar ese proceso. Si no utiliza esta oportunidad, no sólo
se volverá a incumplir con las disposiciones de una directiva comunitaria en
materia de medio ambiente sino que también se verán resentidos nuestros
ecosistemas, base de nuestro desarrollo socioeconómico. Por tanto, una
actuación responsable pasaría por la revisión del actual Anteproyecto.
FRANCHO BELTRÁN AUDERA. Hidrogeólogo y
meteorólogo, por encargo de la Fundación Ecología y Desarrollo.
El PHN
sólo considera los aspectos ambientales de una forma marginal y poco rigurosa,
infravalorando los usos no productivos del agua. No se plantea como objetivo
básico la calidad ambiental de todas las masas de agua, por lo que no valora
convenientemente los daños generados por más de 100 embalses y en especial por
los 3 del Pirineo Aragonés que, pese a que lo niegue el Plan, servirían de
reservorio para el trasvase.
En lo económico, no se establecen plazos ni medios de financiación ni qué
agentes sociales y económicos van a ejecutar un programa de tal magnitud
económica. Se justifica la rentabilidad económica del trasvase suponiendo un
precio final del agua poco realista al que se llega mediante el uso de diversos
artificios. Por otro lado, no se valoran convenientemente los costes
ambientales, sociales, etc. en las cuencas cedentes.
LUIS BERGA CASAFONT (Barcelona).
-El
conjunto de leyes y documentos que se han desarrollado desde la Ley de Aguas de
1985 (Reglamentos, Planes Hidrológicos de Cuenca, Libro Blanco del Agua en
España, etc.) rigen la Política del Agua, y no únicamente este PHN.
-Habría que incorporar en el Anteproyecto de la Ley, las previsiones de
planificación hidrológica que contiene la nueva Directiva Marco del Agua de la
Unión Europea.
-“Los escenarios contemplados son desarrollistas en las cuencas potencialmente
cedentes y se encuentran al límite del desarrollo sostenible para las cuencas
potencialmente receptoras.
-“La política hidráulica en España está evolucionando, desde unos conceptos
desarrollistas de gestión de la oferta, hacia unas consideraciones sostenibles
de gestión de la demanda. Es imprescindible profundizar en esta línea.”
-“En conclusión, se informa favorablemente del PHN, teniendo en cuenta las
propuestas y comentarios que se han formulado.”
CONCEPCION BRU RONDA (Campus Universitario de
Alicante).
-Recomienda
que se adapte la Directiva Marco del Agua.
-“La gestión del PHN es imprescindible que se efectúe en las nuevas coordenadas
medioambientales y menos planteamientos sociales y económicos, y que tengan a
su servicio una administración hidráulica ágil.”
ANA MARIA CABRÉ i PLA. Centro de Estudios
Demográficos – Catedrático de Geografía Humana – Universidad Autónoma de
Barcelona.
-“En
cualquier caso, carga sobre una sola cuenca, la del Ebro, el peso principal del
suministro y garantía hidráulica del Levante español y de la zona de Barcelona,
es someterle a una presión díficilmente soportable, especialmente en los
tiempos de sequía que son consustanciales con nuestro clima.”
-“La sostenibilidad de la agricultura intensiva de regadía a medio y largo
plazo es cuestionable, debido a factores estructurales como la falta de mano de
obra, la mayor globalización del mercado y la retirada de subvenciones de la
Unión Europa por la ampliación a los países del Este.”
-“La riqueza paisajística es no sólo un valor “per se”, sino también un
patrimonio cuyo rendimiento económico se irá incrementando en el tiempo, tanto
por sus implicaciones turísticas como por su influencia en la valoración de
lugares y regiones en el tablero de la nueva economía global. A medio y largo
plazo, este factor puede sobrepasar con mucho el de regadíos insostenibles.”
-“A nivel territorial, el reequilibrio de un solo factor, a saber: el agua,
puede causar el efecto inverso al deseado, ahondando las diferencias en lugar
de igualar más las regiones y vertebrar el espacio.”
ENRIQUE CABRERA. Catedrático de Mecánica de
Fluidos. Departamento de Ingeniería Hidráulica.
Universidad Politècnica de Valencia.
El PHN, al
igual que el Libro Blanco del Agua, son excelentes documentos, bien armados y
justificados con un sólo pero, han sido dirigidos y coordinados desde la
exclusiva óptica de la Ingeniería Civil que mayormente ocupa los puestos de
responsabilidad en la Administración. A los políticos, hambrientos de
soluciones vistosas y de resultados tangibles en el corto plazo, la partitura
compuesta por la ingeniería civil le suena a las mil maravillas y por ello le
otorga su placet. Finalmente también los actores tradicionales, con mayoría en
el Consejo Nacional del Agua, están por la labor. La locomotora se dirige pues
en el sentido que interesa a quienes más capacidad tienen de empujarla.
Sin embargo la Sociedad está cada vez más formada y entiende que la gestión del
agua en el Siglo XXI deberá discurrir por derroteros bien diferentes a los que
hasta ahora lo ha hecho. El mismo cambio de nombre del ministerio del
"agua" nominado ya de Medio Ambiente en lugar del clásico Obras
Públicas lo demuestra. También lo evidencia la comparación del PHN de 1993 con
éste muy mejorado PHN de 2000. Todo más matizado y justificado, bien que desde
la óptica clásica de la gestión de la oferta, desde la óptica parcial de la
ingeniería civil. Es claro, el manejo del agua en el siglo XXI será
substancialmente diferente del que hasta ahora hemos visto. Y ello no es una moda.
Es, sencillamente, una clara necesidad.
En este siglo XX la ingeniería civil ha sido, en todo lo relativo a la gestión
del agua, el único actor. Mi opinión personal es que en el siglo XXI a esta
Ingeniería le va a continuar correspondiendo un gran protagonismo, pero ya no
el exclusivo papel hasta ahora desempeñado. Y cuánto más se tarde en propiciar
la entrada de nuevos actores, más pobre será su papel en el nuevo reparto que
se operará cuando la gestión del agua experimente el vuelco que ya se ha dado en
otros países más avanzados.
Es una pena que este excelente, desde la óptica de la ingeniería civil, PHN no
se haya abierto a más alternativas. (...). De ahí que se esté perdiendo una
gran ocasión. Es lástima máxime contando el PHN 2000 con un equipo humano de la
más alta capacidad tecnológica, bien preparado y con la mejor de las
intenciones. Posiblemente haya necesitado un margen de maniobra mayor para
poder actuar con más libertad. Hubiera sido maravilloso.
JOSÉ CARLES GENOVÉS. Dpto. de Economía y Ciencias
Sociales. Universidad Politécnica de Valencia.
El PHN
desatiende absolutamente la normativa europea derivada de la Directiva 2000, e
incluso en algunos aspectos la contradice y lo que es peor prevé acciones que
pondrán en compromiso su cumplimiento futuro. El plan prácticamente se limita a
autorizar el trasvase del Ebro a otras cuencas y a declarar de interés general
del Estado todo un conjunto muy amplio de grandes obras hidráulicas, muchas de
ellas ligadas a posibles expansiones de regadíos, sin justificación alguna,
dejando la puerta abierta a la continuación de la promoción y financiación
pública de esta expansión.
Ninguna referencia a la limitación de la expansión de los regadíos (los PP HH
CC prevén más de 1,1 millones de nuevas hectáreas), o de otras actividades; a
la coordinación de los planes hidrológicos de las cuencas, a los necesarios
programas de calidad de las aguas; a la utilización de instrumentos de control
o económicos para limitar la actividad e impedir el deterioro del medio hídrico,
etc. En definitiva un plan que nace obsoleto, persiste en los conceptos, modos
y políticas tradicionales, y en consecuencia impropio de una sociedad
desarrollada con fuertes problemas de agresión al medio ambiente hídrico.
JESÚS CARRERA. Dep. de Ingeniería
del Terreno. ETSI Caminos, Canales y Puertos. Universidad Politécnica de
Cataluña. Barcelona.
La
metodología de cálculo adoptada favorece que se sobreestimen los déficits de
agua en cada ámbito de gestión. El tipo de análisis elegido también favorece
inversiones altas. Puede ser más razonable emplear tasas de descuento más altas
para comparar alternativas y utilizar criterios económicos para decidir los
caudales a trasvasar.
El PHN no fomenta apropiadamente la gestión integrada del agua.
El canon (cuota) ambiental es uno de los elementos más interesantes del PHN.
Debería extenderse a todas las fuentes de agua, no solo a las trasvasadas.
También se recuerda que el principio de (o tendencia hacia) la recuperación de
costes no debe afectar solo a los trasvases.
LUIS CRUZ PIZARRO. Catedrático de Ecología.
Universidad de Granada.
El autor
desmiente que se haya evaluado la calidad en función de indicadores biológicos
y recuerda el artículo 5 de la Directiva de Medio Ambiente (obligación de
analizar las características ecológicas de cada una de sus cuencas fluviales).
-Rigor científico: “El texto está plagado de afirmaciones, comentarios y
valoraciones que hubiesen requerido mayor discusión y rigor científico. Esto es
particularmente grave cuando del análisis de la información cuantitativa se
extraen valoraciones cualitativas que incorporan a las conclusiones” -Dice el
PHN que no parece que las posibles transferencias externas impliquen un grave
problema desde el punto de vista de la penetración de la cuña salina en el
delta. ¿Realmente se ha cuantificado lo que, desde un punto de vista ecológico,
puede suponer un incremento –considerable- de la presencia de la cuña salina
hasta la Isla de Gracia?).
-Llama la atención que un documento tan ambicioso e importante haya utilizado
tan exigua bibliografía. Se echa en falta estudios limnográficos publicados
sobre estos sistemas.
FRANCISCO DIAZ PINEDA. Universidad Complutense de
Madrid.
Tras una
exposición final muy elaborada y sólidamente argumentada en razones de fondo de
carácter medioambiental, concluye:
-“El PHN necesita una seria revisión ambiental”.
IGNACIO DOADRIO VILLAREJO. Museo Nacional de
Ciencias Naturales –CSIC-.
Centra su
informe negativo al Plan basándose en la conservación de la fauna y especies de
agua dulce. Aboga por que los peces y la fauna fluvial se queden donde están (o
sea, que no sean trasvasados con el agua) .
MICHEL DRAIN. Director de Investigación emérito en
el C.N.R.S. (Francia)
El recurso
del Ebro ha vuelto a salir otra vez con el segundo proyecto de PHN. Pienso, y
creo que no me encuentro sólo, que este río sangrado en lo que va de siglo por
una extensión desmedida del regadío, ya no puede soportar que le saquen mucho
más agua sin que acontezcan graves consecuencias. Por lo cual creo que se debe
descartar esa solución o limitarla al pequeño trasvase de Tarragona y no mucho
más.
BENIGNO ELVIRA PAYAN. (Madrid) .
-“Tengo
que confesar que he finalizado con evidente desgana la redacción de este
informe, fuertemente mediatizado por la información sobre los comentarios del
Ministro de Agricultura que hoy aparece publicada en periódicos nacionales como
ABC, El Mundo o El País. Si el Gobierno democrático de España lleva adelante
sus proyectos “por huevos” o “por cojones” (espero que se explique cuál fue el
término empleado, pues el matiz es importante para conocer la categoría del
sujeto), no hay nada más que añadir. Por eso lamento decir que me he quedado
sin argumentos y no confío en que mis comentarios o críticas si en algo fueran
útiles u oportunos, pudieran servir para algo.”
-“Mi conclusión finales tras el estudio de la documentación ahora aportada y
otra previa como el Libro Blanco del Agua, junto con la legislación regional,
nacional e internacional sobre aguas y conservación, es que se ha hurtado a la
sociedad al debate y la puesta en práctica de un verdadero PHN
, al que todos o la mayoría de ciudadanos españoles (yo incluido)
hubiésamos merecido y deseado.”
MIGUEL ANGEL ESTEVE SELMA. Profesor de Ecología, Universidad
de Murcia.
Se
considera que el Anteproyecto de Plan Hidrológico Nacional carece de las
mínimas garantías ambientales, exigibles en el marco de la normativa
hidrológica y ambiental europea y nacional. Su conceptualización y base
documental es, en numerosas ocasiones, obsoleta.
Los principales efectos ambientales críticos derivarán de la trasferencia
propuesta como preferente, tanto en su punto de origen (el Delta del Ebro, por
la inexistencia de excedentes) como en el área de destino (Cuencas del Jucar y,
especialmente, El Segura, por el crecimiento del regadío generado por la
creación de expectativas y la erosión de objetivos). Las restantes obras de
infraestructura también tendrán efectos ambientales no deseables en el
patrimonio natural español, sobre todo en algunas de sus especies insignia y en
peligro de extinción.
El Plan debería ser sometido antes de su aprobación en las Cortes Españolas a
una evaluación ambiental de alternativas o una evaluación estratégica que
resuelva las principales contradiciones entre sus disposiciones y propuestas y
las normas y estrategias ambientales vigentes o inspiradoras de la política
ambiental actual, especialmente recordando que el promotor del PHN es el propio
Ministerio de Medio Ambiente, centro directivo en el que residen las
competencias ambientales a nivel nacional. Someter exclusivamente a evaluación
ambiental las obras contenidas en el PHN a nivel de proyecto (obra por obra) es
hurtar el debate ambiental en la fase más operativa de la toma de decisiones,
como es reconocido por todas las instituciones internacionales y nacionales.
Los documentos ambientales anexos al APHN son totalmente fragmentarios e
insuficientes para una consideración rigurosa de la perspectiva ambiental en el
PHN.
RAFAEL FERNANDEZ RUBIO. Catedrático de la
Universidad Politécnica – Madrid. Presidente del Comité de Medio Ambiente del
Instituto de la Ingeniería de España.
-En el PHN
no se hace un verdadero estudio de alternativos, como sería exigido por el
MIMAM para cualquier propuesta de planificación que viniese desde fuera. Se
advierte que la pregunta está “conducida” hacia una política de trasvases, sin
ponderar otras opciones.
-El PHN debiera venir acompañado de un estudio de impacto ambiental, como se
exige para tantas propuestas de actuaciones de mucha menor envergadura que
ésta.
-El autor denuncia la falta de rigor derivada de que recaiga en el mismo
Ministerio la elaboración de los proyectos y sus estudios de impacto ambiental
(no se puede ser juez y parte).
-El PHN no es un Plan, debiera titularse “Plan Nacional de Infraestructuras
Hidráulicas”.
-A las aguas subterráneas se les minusvalora o se las ignora; incluso se
utilizan conceptos falseados o parciales que supondría, en el mejor de los
casos, ignorancia de quienes han sido responsables de la elaboración del PHN.
-No se tiene en cuenta la probable tendencia a la disminución del regadío en
muchas áreas geográficas, debido a que la política de subvenciones no se va a
poder mantener por tiempo ilimitado.
-No se abordan con seriedad las opciones de utilización de aguas de mar o de
acuíferos salobres. -El PHN olvida las posibilidades de utilización de las
aguas residuales; en el arco mediterráneo hay todavía demasiadas aguas
residuales que se arrojan al mar.
JOSE MARÍA FLUXA CEVA. Dr. Ingeniero de Caminos.
Presidente Consejo Social - Universidad Autónoma de Madrid.
En el PHN
se constatan aspectos generales incompletos o no tratados.
-La garantía de la construcción de infraestructuras previstas, en su mayor cuantía económica distintas de los trasvases, el
proyecto de Plan no es explícito y poco convincente.
-No se contemplan las garantías de disposición y sí las de recurso hídrico.
-Los beneficios de la operación está mucho más personalizados en la cuenca receptora
que en la cedente.
-En el anteproyecto, las cuestiones de costes y financiación, prácticamente no
se tratan.
-Sobre la prevención y protección ante avenidas, se debería explicitar la
elaboración de mapas de riesgo.
LUISA MARIA FRUTOS MEJIAS; JUAN RAMON DE LA RIVA
FERNANDEZ; ENRIQUE RUIZ BUDRIA; MIGUEL SANCHEZ FABRE. Dpto. de Geografía,
Universidad de Zaragoza.
-“Este es
el primer Plan de Obras Hidráulicas que responde a una anacrónica concepción de
la planificación y no exactamente un Plan Hidrológico. Su desarrollo queda
supeditado a la forma, pero no al espíritu de la Ley de Aguas, en tanto se
centra en una única posibilidad, la transferencia desde la Cuenca del Ebro, de
reequilibrar los déficit de zonas que han sobre explotado sus propios recursos
sin considerar si eso era un bien colectivo, privado o local.”
-“Por otro lado, el largo proceso de construcción que se puede esperar de tan
magna obra, permite plantear serias dudas sobre si las condiciones de las
diversas cuencas (la cedente y las receptoras) van a ser las mismas que en las
simulaciones se prevén, dada la gran rapidez de los cambios.”
-“No es fácil aceptar que, como se señala en el volumen 2, las transferencias
no supondrán una expansión de los regadíos que, tras la norme inversión, va a
dejar el trasvase pequeño, tal como ha ocurrido con el Tajo-Segura, máxime
cuando es evidente que, dada la irregularidad de los ríos, incluido el Ebro, no
siempre habrá agua disponible si se respetan las conclusiones de los habitantes
de la cuenca y un mínimo de caudal ecológico.”
FRANCESC GALLART Y PILAR LLORENS. Institut de
Ciències de la Terra Jaume Almera. CSIC, Barcelona.
Una
revisión de los datos aportados para la elaboración del Plan Hidrológico
Nacional muestra que los caudales del Ebro en Tortosa se han reducido durante
los últimos 50 años en un 10%, aparte de la reducción originada por el aumento
de los regadíos. Esta reducción se puede considerar moderada, ya que una parte
importante de los caudales del Ebro se generan en zonas de alta montaña, poco
afectada por la actividad humana. En el caso de la cabecera del Tajo, esta
reducción es de un 50%, y puede explicar el fracaso del trasvase Tajo-Segura
que no ha sido capaz de transferir desde su inauguración más del 30% de su
caudal de diseño, y que es un ejemplo de lo que puede pasar con las obras
hidráulicas que se diseñan sin estudios hidrológicos adecuados.
DIEGO GARCÍA DE JALÓN LASTRA. ETS de Ingenieros de
Montes. Universidad Politécnica de Madrid.
El PHN
debería plantearse lo siguiente antes de considerar ninguna política de
trasvases intercuencas: a) medidas para acabar con la sobreexplotación actual y
futura de los recursos hídricos en las cuencas mal llamadas ‘deficitarias’; b)
analizar el desarrollo regional y sectorial de las cuencas y determinar
aquellas que tengan una mayor pobreza que la media nacional; c)
actuaciones e inversiones en las cuencas ‘pobres’ y ‘excedentarias’ para
un mayor, mejor y eficiente uso del agua, planteando alternativas imaginativas
que respeten los ecosistemas, con objeto de reequilibrar y armonizar la riqueza
en el territorio nacional; d) promover inversiones para fomentar usos
alternativos del agua, respetuosos con el medio en las cuencas ‘pobres’ y
‘deficitarias’ (si las hubiera); e) restaurar los ecosistemas acuáticos
degradados por la sobreexplotación hídrica.
F. GARCIA NOVO. Catedrático de Ecología –
Universidad de Sevilla.
Dista
todavía de ser el documento adecuado, pesando en exceso la presión del regadío
y la inercia constructivista tradicional. Es necesario incorporar a fondo los
principios ambientales para fundamentar la gestión de un recurso excepcional,
sin equivalente. Y apostar por desandar, en parte, el camino seguido basado en
las infraestructuras hidráulicas y la satisfacción de la demanda en lugar de
reciclar, reutilizar, depurar, recuperar los paisajes del agua perdidos. Janda,
Andela, los potreros del Guadiana están en el recuerdo como decisiones que no
se hubieran compartido. Deben persistir como foros para iluminar una gestión
futura muy sensible al medio ambiente y decidida a recuperar algo de lo que
perdió.”
ALBERTO GARRIDO COLMENERO. Profesor Titular de
Economía Agraria – Departamento de Economía y Ciencias Sociales y Agrarias –
Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos – Universidad Politécnica de
Madrid.
-No está
clara, ni probada, su racionalidad económica.
-Se trata de un plan que compite mal con otras alternativas; el argumento de
que todas las opciones alternativas han sido ya tenidas en cuenta y de que, a
pesar de ellas, las necesidades sólo pueden cubrirse mediante recursos
externos, es demasiado débil (particularmente en lo que concierne a las
opciones que plantea la aplicación del art. 61bis y la desalación).
-Poco se puede decir de las otras alternativas, cuando no han sido estudiadas o
al menos sus resultados no han sido hechos públicos. (no
se ha realizado una simulación de costes integrando la alternativa de la
desalación para Almería).
-el análisis económico es sumamente pobre y reducido.
-Falta un estudio sociológico que dictamine si el proyecto propuesto es
compatible con la evolución de la economía y de la sociedad a las que el
trasvase afectará decisivamente.
-Hay muchas dudas sobre la capacidad de pago de las cuencas receptoras.
-La técnica jurídica para articular el PHN es insuficiente para que sea
compatible con la Directiva Marco sobre Política de Aguas, al menos en los
aspectos económicos.
-Tampoco se da garantías de que las aguas trasvasadas vayan a destinarse a los
fines propuestos.
DOMINGO GÓMEZ OREA. Universidad Politécnica de
Madrid.
El
trasvase reforzará la tendencia histórica a la concentración de población en el
litoral mediterráneo y a la desertización del interior rural, especialmente en
las cuencas del Duero, Tajo y valle del Ebro; la fortísima concentración de
población y actividad en el litoral y la paralela desertización del interior,
tan indeseable la una como la otra, tendrá graves consecuencias para la calidad
de vida y para la calidad ambiental en ambos medios.
Se plantea, pues, un problema de fondo que requiere más debate: el modelo
territorial español futuro, uno de cuyos objetivos fundamentales ha de ser el
equilibrio territorial. Este es el punto central de la solidaridad
interterritorial: la consecución de un modelo territorial equilibrado para
España, evitando desigualdades indeseables para todos.
(...)
Si se asume que se ha superado el margen de sostenibilidad en las cuencas
receptoras, habría que buscar en ellas otros recursos endógenos: el agua salada
o salobre, de la que el Mediterráneo tiene cuanta se necesite. La opción de
desalinizar o desalar aguas no está debidamente contemplada ni evaluada en el
Plan. Si fuese viable, y dados los actuales desarrollos tecnológicos, parece
que podría serlo, sería una solución menos conflictiva y con un futuro que
juega a su favor. Aconsejaría este análisis el hecho de que la solución evita
los conflictos entre comunidades autónomas, y sería una solución definitiva,
independiente de las incertidumbres inherentes al cambio climático.
MARTA GONZÁLEZ DEL TÁNAGO. E.T.S. Ingenieros de
Montes, Universidad Politécnica de Madrid.
El Plan
Hidrológico Nacional presentado carece de objetivos medioambientales, y en su
contenido únicamente atiende a la satisfacción de la demanda de agua en las
zonas actualmente deficitarias mediante los trasvases, sin considerar límites a
una demanda futura en dichas zonas, quedando sin enlazar con una planificación
del territorio y política de aprovechamiento sostenible de los recursos hídricos.
El esfuerzo realizado para la redacción del Plan Hidrológico Nacional se ha
centrado casi exclusivamente en la valoración de las disponibilidades hídricas
a partir de fuentes convencionales (aportaciones fluviales y reservas de
acuíferos), y en los costes económicos de la infraestructura hidráulica
necesaria para los trasvases propuestos, dejando sin estudiar en profundidad la
situación ambiental de los ecosistemas acuáticos afectados, y el impacto
ecológico de los trasvases sobre los mismos.
Sería necesario completar y actualizar desde el punto de vista ambiental el
Plan Hidrológico Nacional antes de su aprobación definitiva, incorporando en su
análisis algunas alternativas diferentes a los trasvases, como la puesta a
punto de nuevas tecnologías para la reutilización de las aguas o la desalación
en zonas costeras, así como una política más concreta y vinculante al Plan
Hidrológico Nacional, de reducción del consumo de agua y limitación al
crecimiento futuro de la demanda, en zonas deficitarias de recursos hídricos.
CARLES IBÁÑEZ MARTÍ. SEO/BirdLife.
El caso
del Ebro es uno de los más graves en lo que se refiere a la retención de
sedimentos fluviales, estimándose que los casi 200 embalses existentes en la cuenca
retienen más del 99 % de los sedimentos que el río transportaba originalmente.
Ello está comportado una remodelación de la línea de costa en la zona de la
desembocadura, así como una pérdida de elevación del conjunto de la llanura
deltaica por subsidencia y subida del nivel del mar. De continuar esta
tendencia, a medio y largo plazo se produciría un retroceso notable del frente
costero, a la vez que una superficie creciente del delta se situaría por debajo
del nivel del mar.
DOMINGO JIMÉNEZ BELTRÁN. Director Ejecutivo de la
Agencia Europea de Medio Ambiente.
Con los
documentos analizados no se aprecia una lógica del PHN más allá de la que
parece heredar de todos los planes anteriores de que deben hacerse trasvases de
las (mal) llamadas cuencas o sistemas excedentarios a los deficitarios. España,
siendo el país con mejor información hidrológica (además de ser el Estado de la
UE con más embalses y el quinto del mundo con un 3% del total) parece seguir
poniéndola al servicio de un modelo de gestión del recurso agua superado, por no decir obsoleto.
El PHN no responde a la lógica de la sostenibilidad. Es más, señala y sólo al
hablar de medio ambiente y referente a la agricultura y regadíos y demandas
hídricas que la sostenibilidad es "un concepto emergente" y que
además "en última instancia no es sino uno de los aspectos del concepto
más general de desarrollo sostenible cuya consideración resulta obligada en el
contexto de este Plan Hidrológico Nacional".
Aparte de que este planteamiento choca frontalmente con el Tratado de
Amsterdam, que establece como objetivo de la UE (y consecuentemente de los
Estados miembros) el desarrollo sostenible (art. 2 y 6), por tanto no es un
concepto emergente. El PHN propuesto no es sostenible ni es instrumento para un
desarrollo más sostenible.
La opinión personal del que suscribe es que este PHN, aunque en líneas
generales no se aparta del proyecto de 1993-94 (que entonces como Director de
Política Ambiental y responsable de las Declaraciones de Impacto Ambiental me
parecía inaceptable y así lo manifesté) es un retroceso con respecto a aquel,
tanto en términos absolutos (aquel explotaba o en cualquier caso intentaba
justificarse más al haber aceptado la consideración de escenarios y además
remitía el tema y proyecto de conjunto de transferencias, que además se
admitían como conexiones, a una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) a
realizar antes de confirmar su inclusión en el PHN mientras que aquí se intenta
aprobar en su conjunto y se remite a la EIA de las partes) como sobre todo por
su distinta contextualización.
En estos seis años ha cambiado el contexto ambiental y del desarrollo a nivel
comunitario. Ha entrado en vigor el Tratado de Amsterdam, estableciendo el
desarrollo sostenible como objetivo de la UE y de sus Estados Miembros (Art. 2
y 6). Se ha aprobado la Directiva Marco consagrando el principio de unidad de
cuenca (en el que España y sus Leyes de Aguas fueron pioneras), el de
internalización de costes incluyendo las externalidades y costes ambientales y
de su repercusión en el usuario y la gestión de la demanda. Y en este tiempo se
ha confirmado el proceso de Cambio Climático, que exige, aun más, el recuperar
y mantener los sistemas hidrológicos y las cuencas hidrográficas en las mejores
condiciones.
Y a todo esto parece insensible el PHN, no sólo estamos ante un modelo
continuista y superado, sino que choca frontalmente con la lógica ambiental y
de la sostenibilidad que se aplica incluso en políticas más duras cuando más en
un Plan que debía ser (como reconoce el texto del Análisis Ambiental en su pág.
259) un Plan Sostenible por antonomasia al referirse a uno de los recursos
naturales más preciados, sobre todo para España, como el agua.
JOSÉ LÓPEZ GÁLVEZ. Universidad de Almería.
Los
documentos presentados proponen como solución los trasvases pero no analizan
posibles alternativas. Además, no proporcionan información a nuestro juicio
suficiente que permita precisar si los beneficios técnicos, económicos,
sociales y ambientales, aconsejan la realización del Plan.
Los rendimientos monetarios que el Plan asigna a los regadíos de Almería,
Comunidad Valenciana y Murcia, con una media de 318 pta/m3, no incentivan la
realización del Plan. El coste de transporte, desde un punto de vista
estrictamente económico, no es razonable. El establecimiento de un mismo precio
para Castellón y Almería, distantes casi 400 km supondría, si se tienen en
cuenta tales costes que el precio del agua puesta en este último punto, tendría
una subvención adicional que probablemente superaría las 100 ptas/m3 de agua
suministrada.
La explotación de los acuíferos, en general, que hoy sustentan la riqueza de
muchas zonas y en particular los del Campo de Dalías (Almería) precisan de su seguimiento tanto en lo que se refiere a su
realimentación, a la calidad y a su explotación, no han merecido ninguna
atención en la documentación presentada.
JOSE RAMÓN LÓPEZ PARDO. Ingeniero Agrónomo,
exdirector general de la D.G.A.
-Metodológicamente,
el PHN no acaba de justificar suficientemente los fundamentos socioeconómicos y
medioambientales en que se basa su propuesta. Debería haberse prestado una
mayor atención a las tendencias observadas por las políticas sectoriales, las
recomendaciones y acuerdos internacionales.
-El impacto del cambio climático y sus previsibles efectos efectos, sobre la
futura distribución de cultivos, deslocalización de la demanda de agua para
riego y otras implicaciones medioambientales como el avance de la erosión…, no
ha sido suficientemente tratado y por ello, cualquier estrategia de actuación
futura, queda en parte limitada.
-En la evolución de la demanda de agua para riego, creemos que no se ha
contemplado suficientemente, ni los escenarios resultantes de la próxima
liberación comercial, ni el impacto de la reforma de la PAC y de sus actuales
subsidios sobre las zonas regables.
-La histórica responsabilidad asignada a la política hidráulica, sobre la
viabilidad de muchas zonas regables y rurales, ha impedido llevar a cabo otras
propuestas de desarrollo alternativas, lo que en una economía regional moderna
debería haberse planteado.
RAMON LLAMAS MADURGA. “Proyecto Aguas
Subterráneas” – Fundación Marcelino Botín – Catedrático de la Real Academia de
Ciencias.
-Una
política estructuralista anticuada y poco equilibrada: el PHN presenta un
fuerte sesgo para continuar la política estructuralista que ha predominado en
España, desde hace siglo y medio. Esa política ha llevado a que España sea,
particularmente, el primer país del mundo (si se exceptúan cuatro pequeños
países: Albania, Chipre, Islandia y Noruega) en número de presas por habitante
(30 presas por cada millón de españoles) y el último país de la Unión Europea
en el uso de aguas subterráneas por abastecimientos urbanos (22%).
No parece que haya habido una gestión y planificación hidrológica adecuada e
integrada cuando se produce una atención tan excesiva a la regulación de las
aguas superficiales y un olvido sistemático de las aguas subterráneas. El PHN
continúa apostando por el incremento del número de infraestructuras, en
detrimento de otras opciones más sencillas y beneficiosas para la economía y el
Medio Ambiente.
-Déficits hidrológicos poco realistas que coinciden en proponer soluciones
estructurales muy caras. El autor pide revisar las “demandas” de agua que se han
utilizado para definir los denominados “déficits hídricos estructurales”, un
concepto exclusivo del PHN y difícil de comprender desde una perspectiva
exclusivamente científica. Es un contraste en todos los países desarrollados
que las “demandas” de agua decrecen drásticamente cuando se pone el agua a un
precio razonable.
-Un cambio en los planteamientos del PHN en lo que se refiere a las aguas
subterráneas contribuirá a eliminar la necesidad de construcción de muchas de
las nuevas infraestructuras hidraúlicas propuestas, lo que conduciría en breve
plazo a :
a) un ahorro muy considerable de inversión de dinero público.
b) La eliminación de algunos conflictos entre Comunidades Autónomas,
relacionados con los trasvases de recursos intercuencas.
c) Un mayor respeto por el Medio Ambiente y la conservación de la naturaleza.
d) Una planificación integrada de las aguas.
También se facilitaría el establecimiento progresivo de la política de
repercusión de costes, que exige la Directiva Europea del Agua, recientemente
aprobada.
En resumen, los datos del Proyecto de Aguas Subterráneas de la Fundación
Marcelino Botín indican que ese giro copernicano de la política del agua en
España, se podría hacer sin convulsiones sociales, en un plazo de tiempo
relativamente breve y con un coste económico drásticamente inferior al que
sugiere el PHN. Además, se lograría una mayor sintonía con la filosofía que
impregna la Directiva Marco del Agua.
GASPAR MAIRAL BUIL. Profesor Titular de
Antropología Social. Universidad de Zaragoza.
Los
conflictos del agua son la manifestación concreta de un proceso cultural como
es la construcción del riesgo. La existencia de un proyecto y su, generalmente,
prolongada tramitación, determina el surgimiento de una sombra de riesgo que
puede permanecer latente durante bastantes años. En todo este tiempo se va
produciendo un impacto social como consecuencia de la incertidumbre, el
desorden y la desorganización social, que experimentan las comunidades
afectadas y en momentos más puntuales todo este substrato genera
conflictos con la administración u otras instituciones o también con las
organizaciones que representan a los futuros beneficiarios de la obra, sean
éstos regantes o empresas hidroeléctricas. Esta sería la secuencia teórica de
los conflictos que se producen antes de que una obra dé comienzo e incluso
antes de que se inicie cualquier proceso expropiatorio. Por otra parte, es
también el período en el que se debería actuar para, primero, intentar
comprender el conflicto y segundo, poder dialogar y negociar dentro de un marco
en el que se encuentren la argumentación jurídico-política, técnica y económica
de la administración y el culturalismo de los afectados.
Un instrumento fundamental para llevar adelante el objetivo de tratamiento de
los posibles conflictos derivados de la construcción de grandes
infraestructuras hidráulicas, es la evaluación de impacto social. Pero en el
PHN no hay ni una sola línea dedicada a la definición del impacto social y no
se menciona siquiera este concepto. Un impacto social es el resultado de los
costes y pérdidas socio-económicas, territoriales y culturales, estimadas por
los afectados y por los expertos. Pero estas pérdidas no pueden ser evaluadas
sólo cuantitativamente sino que es preciso introducir criterios cualitativos.
El impacto social de un embalse no puede reducirse exclusivamente a la
cuantificación estricta de las hectáreas anegadas y de los edificios inundados.
Hay otros criterios fundamentales a considerar.
ANTONIO PALAU YBARS. Dpto. Medio Ambiente y
Ciencias del Suelo - Universidad de Lleida.
-El
apartado de Análisis Ambientales aporta incongruencias o incorrecciones, como
considerar las expropiaciones en la fase de construcción y no en la de planeamiento,
hablar de efectos climáticos de los cajeros de los canales, citar los
parámetros biológicos de calidad de agua dentro del apartado del medio
abiótico, o utilizar de forma inadecuada el concepto de nicho ecológico…..
-Se hace difícil “evaluar” el PHN desde un punto de vista ambiental, dada la
poca precisión y excesiva generalización con la que se tratan los temas
ambientales.
-Los aspectos ambientales considerados en el PHN resultan muy poco defendibles
y apuntan a una falta de sensibilidad ambiental preocupante.
-Los análisis de las afecciones de los trasvases sobre la calidad del agua, se
tratan con cierto detalle a nivel de cuencas receptoras y, en cambio se obvian
en las cuencas cedentes.
-La pérdida de capacidad de dilución que se produce en las cuencas cedentes de
aguas, se recoge como un aspecto a tener en cuenta, en ningún momento se tiene
en cuenta en el apartado dedicado a las afecciones en origen. Es especialmente
importante en el caso del Ebro.
PILAR RODRIGUEZ RODRIGUEZ. Dpto. Biología animal y
genética- Universidad del País Vasco.
-El PHN no
recoge una valoración adecuada de los riesgos de pérdida de biodiversidad en
las cuencas donantes, intermedias y receptoras.
-La necesaria conservación de las cabeceras de nuestros ríos es la garantía de
futuro para la conservación de un recurso escaso, que es el agua de buena
calidad, y de muchas de nuestras especies endémicas que tienen su refugio en
cuencas aisladas en los tramos superiores de los ríos.
-Llama la atención la ausencia de una relación de los datos radiológicos
ambientales existentes. Me parece muy superficial el tratamiento de este
aspecto de la contaminación de las aguas.
-Mientras no existan planes de ahorro, mejora de la conducción, los riesgos de
la agricultura intensiva..., “no se estará en condiciones de plantear
gigantescas obras de infraestructura de elevado coste económico, social y
ecológico para el país.
-Los análisis ambientales del PHN son excesivamente superficiales.
Desafortunadamente, no fomenta un uso sostenible del agua, sino que va a
favorecer el mantenimiento de un uso no sostenible en el sureste de la
península, ligado a actividades agrícolas y turísticas de alta intensidad que
requieren más agua a costa del desarrollo equilibrado y la conservación del
patrimonio natural de otras regiones de España.
JOSE ANTONIO REVILLA CORTEZÓN. Catedrático de
Ingeniería hidráulica – Universidad de Cantabria.
-Cabe
remarcar el marcado contraste que la documentación facilitada presenta entre
sus contenidos de carácter hidrológico y de carácter ambiental. Si respecto al
primero, puede decirse que nos encontramos ante un trabajo de adecuado nivel
técnico y científico, no puede decirse lo mismo respecto al segundo, pues las
carencias son notables.
-Realmente, la calidad de los estudios ambientales presentados no se
corresponde con la importancia que el proyecto de trasvase requiere.
-Otro aspecto muy importante es la escasez de información sobre los métodos de
gestión de los trasvases previstos. Este aspecto se considera fundamental, no
sólo para poder estimar la calidad del agua de destino, después de las mezclas
que sufrirá en el tránsito, sino para saber cómo se altera la calidad de las
aguas locales.
CARLOS TIÓ SARALEGUI. Catedrático Departamento
Economía y Ciencias Sociales Agrarias – Universidad Politécnica de Madrid.
-“Un
trasvase litoral a las cuencas actualmente deficitarias es una solución
excesivamente rígida, que no permite ningún uso alternativo futuro. Dados sus
costes y sus plazos de ejecución, el PHN debe constituir una respuesta
estratégica a las necesidades de futuro y tener en cuenta las que también van a
presentarse con toda seguridad en las cuencas del Tajo, Guadiana y
Guadalquivir, dada la presencia en ellas de grandes masas de cultivo de viñedo
y de olivar, cuya viabilidad futura dependerá críticamente de la posibilidad de
disponer de agua para un riego moderado.”
http://www.elperiodico.es/EDICION/portada.htm?l=CAS&f=010224
ANTONI Gutiérrez Díaz
EUROPA Y EL AGUA
Algunos gobiernos olvidan que estamos en la UE no sólo para reclamar recursos,
sino también para aplicar las leyes. Un ejemplo de ello es el Plan Hidrológico,
por el que el Gobierno reclama recursos comunitarios. Y es que el plan debe
ajustarse a la directiva Hábitats, que regula las zonas de fauna y de flora de
especial protección, a la directiva Aves y a la directiva que obliga a medir el
impacto ambiental. De la Hábitats se desprende la protección de la Red Natura
2000. Y más de 40 puntos afectados por el plan están dentro de esta red.
También existe la directiva Aguas, que pone serias reservas al trasvase entre
cuencas. No será vigente hasta el 2003, pero ya nos obliga moralmente. Quizá
eso explica la prisa de algunos.
Miembro de
IC-V.
Recomendamos
la lectura y agradecemos la crítica de nuestra página http://www.cita.es/agua
Más
información pericial sobre Hidrología Forense teléfono móvil: 619776475
|
Miguel Angel Gallardo Ortiz, Informático, Ingeniero de Minas,
Criminologo y Perito |
(C)
2001 C.I.T.A. Página HTML elaborada el 12/8/2001 con Netscape Composer para http://www.cita.es/agua/phn.htm
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