Páginas de Demetrio Calle Martínez

TAJOS DEL RÍO CACÍN

(actualizado con fecha junio 2019)

Sin duda se trata de una de las rutas más espectaculares que se pueden realizar por esta zona de Alhama de Granada, Arenas del Rey y Cacín. Los cursos de agua que atraviesan estos terrenos han excavado en las rocas profundos tajos. El recorrerlos es un placer que ningún senderista amante de la naturaleza debe perderse.

En este documento os presento dos alternativas para esta ruta tan espectacular. La primera la hicimos circular en enero de 2013. En la segunda hicimos ida y vuelta por los mismos tajos con una pequeña variante pues en este año (junio 2019) ya se había completado la ruta con un sendero que antes no existía y que describiremos en el texto.

Perfil topográfico del itinerario con datos GPS de localización (enero 2013).

Perfil topográfico del itinerario con datos GPS de localización (junio 2019).

Galería de fotos del itinerario (enero 2013).

Galería de fotos del itinerario (junio 2019).

ACCESOS

Se accede desde Alhama de Granada siguiendo las señalizaciones hacia el pantano Los Bermejales. En la carretera A-338, unos 3 km antes de llegar al pantano (concretamente, pasado el km 38 de esta carretera) hay un desvío a la izquierda por una pista asfaltada en mal estado que lleva hasta el denominado Puente Romano en algo más de 3 km.

Al principio de la pista hay una señal muy antigua que indica prohibido el paso, pero creemos que se ha quedado obsoleta pues este carril enlaza más adelante con otros que llevan a cortijos y poblaciones cercanas con lo que debe ser utilizado por los habitantes de la zona para tal fin. En esta pista podéis hacer una breve parada para apreciar una vista general de los tajos por donde vais a andar después y del sendero que se dibuja levemente en la lejanía. También podréis ver a lo lejos el Cortijo del Cura, uno de los puntos de enlace para las posibles rutas de vuelta.

 

     

 

ITINERARIO 1: Tajos del río Cacín, circular por el cortijo del Cura.

En el puente se pueden dejar los coches para iniciar la ruta. Otra alternativa es comenzar por el mismo embalse de Los Bermejales. Al lado de la iglesia del poblado del embalse hay un cartel indicativo del itinerario. El sendero parte desde el otro lado de la iglesia. Para los que vengan desde Cacín, a 1 km de la población en sentido Alhama, hay una indicación que dice “Puente Romano 3,5 km” que os llevará hasta el puente mencionado antes. No obstante, esta alternativa no la hemos hecho en ninguna de las dos ocasiones por lo que no la incluyo en el itinerario que describo a continuación.

DESCRIPCIÓN

Nosotros hemos elegido empezar la ruta por el erróneamente llamado “Puente Romano” (hito 1; 650 m de altitud). Una vez aparcados los vehículos al borde de la pista asfaltada debemos cruzar al otro lado del puente donde veremos un poste indicativo con las señales verdes y blancas. Avanzaremos por esa pista de tierra 400 metros aproximadamente hasta llegar a unas ruinas adosadas a las paredes del terreno (hito 2; 0,5 km desde el comienzo; 770 m de altitud). Sirvieron como refugios en muchas ocasiones. Observaremos que estamos en suelos ocupados por una torrentera que en época de lluvias será difícil de atravesar. La vegetación aquí es típicamente de torrentes (cañas, juncos…). En este corto tramo hemos podido ir observando ya la espectacularidad de los tajos, aunque lo mejor aún está por llegar.

 

                   

 

Frente a las ruinas continúa el sendero, ahora más estrecho. Hay que prestar atención para no saltarse la segunda señal indicativa (esta señal había desaparecido en junio 2019, en nuestra segunda visita a los tajos) y tomar la estrecha pista que desciende a nuestra derecha, la más cercana al borde de los tajos, obviando el sendero de la izquierda.

Descenderemos hasta el río Cacín por esta estrecha senda poco aconsejable para transitar con tiempo lluvioso. Pronto nos encontraremos rodeados de una espesa vegetación de ribera, justo en el punto en que conectamos con el río y ahí hay un cartel indicativo que pone “Mejora del sendero de los Tajos del río Cacín” (junio 2019). Este nuevo sendero lo describiré en el itinerario 2. Nosotros giraremos en ese cruce de sendas a la izquierda. El sendero es fácil de seguir en este tramo y llegaremos muy pronto al primero de los puentes de madera (en este caso es un puente fijo) que hemos de atravesar (hito 3; 0,9 km desde el inicio; 730 m). Estamos ahora al otro lado del río. Merece la pena detenerse aquí y mirar en todas direcciones para observar la espectacularidad del terreno. Entre este puente y los siguientes podemos ver algunas cascadas que caen desde las enormes paredes y la erosión fluvial sobre las rocas.

 

                     

 

                     

 

Después de pasar el segundo puente de madera, que también es un puente fijo, la siguiente parada la hacemos en un puente colgante corto (hito 4; a 1,1 km de la salida; 735 m). Se puede atravesar sin dificultad, teniendo cuidado con el balanceo.

 

                     

 

Cien metros más adelante nos encontramos con otro puente colgante, esta vez más largo, pues mide unos 12 m (hito 5; 1,2 km desde el inicio; 735 m). Para atravesarlo sólo hay que tener un poco de cuidado con el balanceo, como en el anterior.

 

                     

 

Ahora el terreno se abre un poco. Salimos de la zona más encajada en el río pero alternaremos tramos más abiertos con otros que se siguen encajando entre las paredes. Hay zonas realmente espectaculares. En algunos sitios hay que agacharse un poco pues las paredes están justo encima de nuestras cabezas. Justo cuando empieza esta zona tan cerrada hay un sitio donde el río se amansa y se puede tomar un baño en épocas de calor. Aun así, en pleno verano el agua está bastante fría.

Observad en las rocas los nidos de las aves rupícolas y las señales de la erosión a lo largo de los milenios. En la vertiente contraria a la que nos encontramos, arriba, podréis ver cuevas que fueron habitadas en el Neolítico. En una de ellas, en el borde mismo de la pared, se encontró una vasija decorada única en su estilo, que llamamos “Olla de Cacín” y que puede ser admirada en el Museo Arqueológico Nacional.

 

                   

 

En esta zona hay muchos derrumbamientos. Algunas rocas desprendidas son enormes. Entre ellas sigue el sendero que ahora asciende y desciende, acercándose y separándose del valle fluvial que vemos abajo.

Pronto llegamos a la “zona de las cuerdas”. Se trata de tramos del sendero en donde hay instaladas cuerdas gruesas que ayudan al caminante a salvar algunos desniveles. En algún caso son casi imprescindibles (como una que ayuda a subir a través de una grieta del terreno de unos 30 m). Antes de  emprender esta ruta conviene enterarse en los Ayuntamientos de la zona si las cuerdas están practicables pues a veces, con el uso y con las inclemencias del tiempo, pueden desaparecer. En cualquier caso no está de más que llevéis una cuerda gruesa y larga (30 m de longitud como mínimo), por si acaso.

 

                     

 

El sendero continúa bajando y subiendo por una zona del valle bastante abierta. En total, son seis las cuerdas que hemos atravesado durante esta parte del recorrido. Desde el último puente colgante habremos recorrido unos 3,2 km cuando llegamos a un cruce de senderos después de un fuerte repechón (hito 6; 4,4 km desde el inicio; 835 m). Es un sitio llano donde se puede hacer una parada más larga para comer. Las vistas desde aquí arriba son muy bonitas. Al otro lado vemos insinuarse la pista asfaltada por la que accedimos con los vehículos. Este cruce tiene un poste indicativo que señala hacia el “Cortijo del Cura” y hacia el “Puente Romano” (sendero por el que venimos).

Antes de subir ese fuerte repechón al que he aludido, hay una estrecha senda, casi imperceptible, que baja hasta el río. Y ahí uno puede tomar un baño pues el caudal está más remansado. Este fue el punto de vuelta que elegimos en el itinerario 2 (junio 2019) y que más abajo describiré.

 

                     

Aquí es donde tenéis que decidir si hacer la ruta circular (por el “Cortijo del Cura”) o seguir por un sendero poco marcado que desciende otra vez hacia el río (es el único sendero que no está marcado en el poste) y continuar hacia el pantano de Los Bermejales (por lo que en el embalse deberíais haber dejado algún vehículo antes de empezar el recorrido para no tener que volverse por la carretera que sale del embalse) o bien, una tercera alternativa es volver por el mismo sendero por el que hemos llegado,  hasta el “Puente Romano”, como ya he dicho, y que fue nuestra alternativa elegida en la segunda visita a los tajos.

Nosotros decidimos en esta ocasión (enero 2013) hacer la ruta circular (por el “Cortijo del Cura”) dada la hora que era y el gran número de gente que se apuntó a esta excursión que hacía que el paso por los puentes y las cuerdas fuese bastante lento. Así pues, seguimos la indicación del poste hacia el cercano “Cortijo del Cura” (hito 7; 4,6 km desde el comienzo; 855 m). Desde el cortijo se pueden apreciar muy bien los impresionantes tajos.

 

                   

 

En el mismo borde del cortijo encontramos la pista de tierra que nos llevará hacia el “Puente Romano” si la tomamos a la izquierda y hacia el pantano Los Bermejales si lo hacemos a la derecha. Esta pista atraviesa zonas de gran influencia antrópica (cultivos de olivos, invernaderos abandonados, depósitos de agua y algún que otro cortijo en ruinas) hasta desembocar en el Puente Romano completando 7,52 km de recorrido total y unas cuatro horas de ruta (contando el tiempo que paramos a comer y teniendo en cuenta que éramos un grupo bastante numeroso, como ya he indicado).

 

                     

Terminamos la ruta en una estupenda pastelería de Alhama para recuperar fuerzas y compartir las sensaciones tan estupendas que nos ha dejado esta bonita ruta. Otros prefirieron acercarse a los famosos baños de aguas termales  de Alhama y otros se dieron una vuelta por el pantano de Los Bermejales.

 

                     

 

ITINERARIO 2: Ida y vuelta por los tajos.

Esta alternativa tiene la ventaja que vuelves a ver todo lo que antes hemos disfrutado y nos evitamos volver por el cortijo del Cura, alternativa en la que el paisaje no es tan espectacular en ese último tramo del recorrido.

 

Tiene 1,5 km más aproximadamente que el itinerario 1, haciendo un total de más de 9,5 km entre ida y vuelta. Como la hicimos cuando ya empezaba a apretar el calor (junio 2019), se apuntó menos gente que en la otra y eso hizo que el tránsito por los puentes colgantes y las cuerdas fuera más rápido y fácil. Además, nos permitió darnos un breve chapuzón a la hora de la comida y en algún tramo del recorrido.

Los accesos y el primer tramo del recorrido son idénticos al itinerario 1. Así pues, el hito 1 de esta alternativa es el puente romano y el hito 2 lo he señalado en el cruce de senderos indicado como “Mejora del sendero Los Tajos del río Cacín” que está perfectamente señalizado cuando llegamos al borde del río.

 

                 

 

En este cruce seguimos a la izquierda, como en el itinerario anterior, pues a la derecha lo seguiremos a la vuelta, cuando completemos el recorrido total. Seguimos hacia el tramo de puentes (hitos 3, 4, 5 y 6), los dos primeros fijos y los dos siguientes colgantes, como ya hemos indicado. Seguiremos hacia el tramo de las cuerdas, que siguen en su sitio, aunque no es bueno fiarse ya que pueden estropearse y desaparecer. Continuamos el sendero y aproximadamente a los 4,5 km del inicio encontraremos la senda que sube fuertemente hacia la explanada indicada en el itinerario anterior (hito 6 del itinerario 1). Aquí es donde está la alternativa: nosotros no hemos subido hasta el hito 6 antiguo, sino que hemos tomado la senda casi imperceptible que baja hasta el río y ahí hemos descansado y nos hemos dado un breve baño a la vez que almorzamos (hito 7 de nuestro itinerario 2).

Lo demás es fácil. Volver por el mismo camino. Lástima que el GPS se haya apagado en un momento del recorrido de vuelta y no lo he podido marcar entero. Pero no hay ninguna dificultad, solo que al llegar al hito 2 de este itinerario seguimos al frente el sendero que viene indicado como “Nuevo sendero de los Tajos” (es decir, no subimos por la empinada senda que nos llevaría a las ruinas y al puente romano). Este nuevo sendero se adentra en el bosque-galería y pronto encontramos otro puente colgante que hay que cruzar y un poco más adelante vemos otra cuerda que nos ayuda a ascender hasta una estrecha senda que si la siguiéramos a la derecha, bajando, suponemos que nos llevaría hasta debajo del puente romano, pero nosotros la hemos tomado a la izquierda para llegar sin ninguna dificultad a la pista asfaltada donde dejamos los coches y que vemos sobre nuestras cabezas, siguiendo ya hacia el puente romano propiamente dicho, por el otro lado del valle, frente a por donde bajamos esta mañana.

                 

Para finalizar, creo que debo incidir en que es una ruta que puede realizar cualquier persona que tenga cierto hábito senderista, pero es desaconsejable para personas con vértigo y, sobre todo, no os atreváis a hacerla con tiempo lluvioso. Si elegís empezarla por el embalse Los Bermejales, no deberíais tomar el desvío hacia el “Cortijo del Cura” pues os perderíais los tramos más espectaculares, sino que deberíais atravesar todos los tajos siguiendo el río y acabar en el “Puente Romano”, aunque para esto es aconsejable que hayáis dejado algún coche en el puente antes de iniciarla si no queréis volver por el mismo sitio o por la pista de tierra que bordea por arriba los tajos y que no tiene gran interés.

       

© Demetrio Calle Martínez